lunes, 15 de junio de 2015

La APUMU

Aceptando como válida la hipótesis de que el firmamento no es más que un papel torpemente clavado a la Chincheta Polar (Robin, 2007), uno puede acercarse un poco más a aceptar la iluminada e iluminista neometafísica de Kröller según la cual la mano que toca la pared no es en realidad una mano que toca una pared (como se había pensado hasta muy recientemente), sino una especie de profunda y catastrófica garganta abierta en el centro mismo de la realidad, i.e., el punto en que lo real y lo no-real se interiorizan y contaminan el uno al otro, i.e., la cacareada "catástrofe metafísica" olopiniana que segúnn ésta idea se repetiría de forma constante en todo lo que implique algo que no sea sólo un deslizamiento (queda abierta la cuestión de si el niño patinador que cae al hielo puede considerarse como principalmente inocente o principalmente portador de catástrofe). Para solucionar el constante problema que implica la confusión de las formas reales con materia no-real, hase establecido con poderes plenarios la así-llamada "Asociación Por Una Metafísica Unitaria" (APUMU), dedicada esencialmente a evitar la aparición de brechas-garganta ("heridas" o "tumores", según su terminología y clasificaciones) y a mantener una metafísica unitaria y unificada desde la cual presentar un frente en común contra los "vertidos" (la cuestión de qué hacer con doctrinas como el Zen sigue candente, pero parece temporalmente solucionada con la reorientación de su espíritu básicamente práctica a una, siguiendo a Yoshida, aceptación aparente que crea una real (la apariencia como creadora y fuente de la realidad profunda)).

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