domingo, 18 de agosto de 2013

Delirio: Prefacios a unas hipótesis sobre el trastorno.

 Prefacio al prefacio: ¡Largo! Nada de lo que aquí dicho es más verdadero que las retorcidas raíces de un árbol podrido. Ésto es ficción, y todo ensayo es también ficción; es absurdo querer explicar un punto de vista desde una posición no lógica, desde un pensamiento ni demasiado allá ni demasiado acá. Ni el autor está de acuerdo con nada de lo dicho. ¡El autor nunca está de acuerdo con nada de lo que dicen sus textos! La mayor y más delirante divagación está en el prefacio. ¿Cómo puede mezclarse el asco sentido hacia el erotismo con la esfera brillante del sótano (¿O era desván? ¿Quién lo puede saber? No hay direccionalidad en espacios sin gravedad) con la duda sobre la libre voluntad  con su dogmática afirmación con la fuerza del trastorno con el involuntario voluntarismo del suicidio? Qué coño son éstas cosas que se dicen y que cuando uno las dice ya está, ya se ha cansado, ya no puede tratarlas como suyas. Es como dar a luz; lo que estaba dentro pasa a estar fuera y ya no es parte de uno. Alicia entra en el país de las maravillas. El pensamiento se pierde. Todo se desvía. Things fall apart; the centre cannot hold. Todo es confuso, tan confuso, tan increíblemente confuso. ¡Odio los intentos de negar esta confusión! ¡Los odio! ¡Con toda mi alma! I thought there was a corpse here; la frase del doctor Shuu cuando llega al escenario de cualquier incidente (Morbosa y cargada de deseo) no se diferencia de la del que piensa y encuentra cualquier cosa que favorezca lo que piensa. ¿Y si no lo favorece? Damn. Maybe I'll have to create one... (Diatriba incompleta, diatriba simplista; ¡pensadores del mundo, mataos mutuamente! ¡Hay teorías que afirman que la discusión es una forma (Evolutiva) de afirmar la propia superioridad sobre el otro, y no un medio para buscar la verdad! Afirmación de superioridad. Pero por qué. Yo no quiero. Probablemente poca gente quiera en realidad, al menos voluntariamente. No todos somos fanáticos. Pero la admisión de inferioridad duele también. Pero yo soy inferior. Me encanta serlo. No quiero dejar de serlo. Todo tan complicado. O nunca hay cadáveres o los hay por todos lados. ¡Todo ésto es mentira! ¡Y me alegro de que lo sea! Si todo es tan jodidamente estúpido, entonces queda alguna esperanza para la realidad. Aún quedan cosas de las que no podemos afirmar que son de una u otra forma. Quiero disfrutarlas. Son lo único bueno de la realidad. La realidad es cerrada. No sé si la comprenderemos alguna vez, pero realmente creo que se cierra sobre sí misma. Lo que no es real no puede ser. Me alegro tanto de no saber todo lo que puede ser. ¡No soy oscurantista! ¡Amo la ciencia! La ciencia es una abertura, no un cierre. Es la realidad lo que me provoca tanto asco y tanta repulsión. Toda esa carga de realidad que tienen todas las putas cosas. Ugh. Unidireccional. Qué mal. Menos mal que se pueden encontrar tantas flechas. Creo que me moriría si no hubiera nada más en lo que pensar. El día en que llegue a una conclusión totalmente clara será el día en que todo se acabe. ¿Significa ésto la libertad? El fantasma de la libertad. Un mundo en que ninguna cosa se acaba y cada cosa salta sobre la otra sin nada que las encadene. Cinco de mayo, baby. Qué absurdos eran todos los conferenciantes de Perverzión; el psicodélico, la extraña feminista pro-fálica, el pedante, el incomprendido (¿Por sabio? Relaciones que nadie más es capaz de captar; ciertamente cercano a la impresión que da la sabiduría, pero no sabio, pues sus relaciones eran estúpidas e imposibles, ¿cómo comprender exactamente a ese personaje y a todos los demás?, el posmodernismo es una gilipollez con tanta razón que me hace estallar la cabeza, no soporto la pedantería pseudointelectual del que finge saber relacionarlo todo y crea paralelos con los aspirantes a ermitaño loco como yo a los que no les da la gana de quedarse en las cosas), el simple pedante (Lo peor, lo peor, lo peor, lo peor, lo peor. A la hoguera, a la hoguera, a la hoguera, a la hoguera, a la hoguera). Me gustaría tanto ver todas las ciudades del mundo ardiendo al mismo tiempo a través de un cristal de mil doscientas treintayocho caras. Cómo odio el mundo, y cómo amo mi esfera. Cómo amo mi esfera y el mundo. Jonathan Safran Foer, ¿por qué eres tan pedante? Tu melancólico amor a las cosas no debería ser pedante. ¿Por qué caes en la pedantería? ¿Es que acaso es imposible no hacerlo? No me digas eso, por favor. Yo quiero mucho a mi esferita. A veces me hecho a llorar y una luz se hace en mi cabeza cuando realmente pienso en ella. Mi pequeño sol. Pero no está ahí, y no hay nada en ningún sitio. There are hardly any places with "something there" - El personaje más agudo de Cross Channel. Bueno, qué. Te estás hartando de reír, eh. ¡Que te jodan! ¡Que me jodan! Nada, nada, nada, nada, nada. ¡Ayúdame, Wenders! ¡Tú y tu hijo, David Lynch!
De Paris, Texas. ¿No es simplemente una de las cosas más maravillosas que habéis visto y no os dan unas ganas tremenda de echaros a llorar ahora mismo? ¡Mis cosas! ¡Mis cosas! ¿Por qué preocuparse por lo equivocado? ¿Por qué? ¡Vomito lo equivocado! ¡Bebed de mi vómito, magníficos hijos de puta!)

Prefacio: Éste textillo es puramente divagatorio, literario, y centrado sobre todo en la enfermedad entendida como trastorno del ánimo. He observado que existen muchas dificultades a la hora de comprender el trastorno, y por eso divago. El trastorno puede ser grave, y una persona trastornada puede tomar ciertas acciones extremas sin un objetivo determinado, sino sólo porque se ve impelida a ello, porque no ve otra forma de actuar posible, porque su trastorno se ha vuelto demasiado poderoso (Aquí me quiero enfrentar radicalmente a una opinión muy extendida: Una persona puede desear morir. El suicidio no se debe únicamente al trastorno, y afirmar que nadie puede desear morir me parece un sofisma y una soberana estupidez. Implica una definición cerrada y limitada de lo que significa "desear". La afirmación de que el suicida es un cobarde que sólo intenta huir o un debilucho que sólo intenta hacer melodrama y llamar la atención me parecen afectadas de una tremenda incompresión, y de la tendencia aparentemente natural a negar el sufrimiento como forma de evitar enfrentarse a él en toda su gloria; es difícil comprender al suicida, y la peor forma de intentar comprenderlo es negarlo; ésto, en lugar de resultar de alguna ayuda, sólo calma la propia conciencia y aleja el suicidio de cualquier perspectiva posible, incluyendo para uno mismo. Creo que las personas que han pensado alguna vez en el suicidio pueden ser las peores, pues veo perfectamente posible que incidan en la negación por temor a volver a caer en semejantes ideas. La muerte puede ser deseada, pero no por ello deja de ser temida; el suicida puede querer no suicidarse, pero no ver otra opción. Claro que el suicidio puede también ser obra del trastorno, del que intento detallar mi idea abajo; el suicidio puede ser una idea obsesiva, repetida de forma mecánica como respuesta a ciertas situaciones (O sin necesitar un estímulo al que resultar respuesta), y no simplemente una idea que se puede descartar con un hermosamente escrito y poetizado "cambio de actitud". Por algo existe la terapia; el trastorno es algo externo que se presenta con el ropaje de lo interno, o algo interno que se presenta con el ropaje de lo externo; su tratamiento no es tan fácil como la simple actuación de una supuesta fuerza de voluntad (Recurso místico y agotable, fácil y absurda explicación (Por su ausencia) de cualquier problema). El trastorno es una mezcla de tantos factores que la presencia o la ausencia de uno no sirven para explicar ni un mínimo fragmento del total. "Contra la simplicidad, por la complejidad" (Salvador Dalí); "Las ideas fijas (O simples, no recuerdo qué decía, y ambas me parecen igualmente acertadas) son ideas muertas" (Antonin Artaud). Un pequeño hurra para la divagación inclusiva y perdida en medio de la nada en detrimento de la reflexión encerrada y direccional. Para hechos aún no comprendidos, o hechos literarios, o hechos políticos, o hechos psicológicos hasta que todos empecemos a tener una mayor capacidad de comprensión y un cierto humanitarismo del que carecemos para con lo que no comprendemos o simplemente una explicación que ponga punto y final a toda la divagación "pop" (En la que me incluyo, y a series como Evangelion, e incluyo casi cualquier explicación que casi cualquier persona no especialista (Y muchos especialistas), a cualquiera que haya que tenido que responder al trastorno propio o ajeno, o a algo parecido al trastorno, o a algo muy distinto al trastorno, o a lo que sea. Las cosas son muy complicadas. Pienso seguir defendiendo ésto. Eso no significa que no sean simples; simplemente son complicadas. Sobreabundancia de factores. Cosas no reductibles. Hay que apuntar a una mayor especificación y una mayor amplificación al mismo tiempo, no únicamente a una de las dos. "And it's so sad to see the world agree that they'd like to see their faces filled with flies, all when I'd want to keep white roses in their eyes." (Neutral Milk Hotel, Holland, 1945). Y éste paréntesis, algo así como una declaración de intenciones, una reflexión ajena, una mirada despectiva o una profesión de fe; reniego de éstos pensamientos al mismo tiempo que los abrazo como si no quedara nada más. Hay un pequeño sol en mi desván y a veces me gusta girar alrededor de él y abrazarlo y besarlo. Al mismo tiempo que amarillo, es negro. Pero también naranja, rojo, azul, granate, carmesí, y de un extraño color entre el marrón y el verde; su sobreabundancia es tan deliciosa como terrorífica, pero yo lo amo, lo amo, y todo lo que está fuera de él parece tan oscuro, tan grande, tan retorcido, tan absurdo. Siempre hemos vivido en el castillo. El resto de mi familia está muerta. ¡Dejadlo todo en paz, amigos! ¡Cuántas ganas tengo de abrazaros y besaros a todos! ¡Qué puto asco me dais! Tanto líquido, tanto pelo, tanta piel, tanto rosa. Dejadme sólo con mi pequeña esfera, es maravillosa y pequeñita y la puedo abrazar, everyone that came to the star became one with the King, and noone was hurt and noone had any bad thoughts, and everyone lived happily ever after. How nice. How nice. (¿Citando a un simulador de citas con palomas? ¿Qué pensarán de mí en la academia?)

En la novela visual "Cross Channel", sobre las interacciones de un grupo de seres con problemas para adaptarse a la sociedad en un escenario posapocalíptico, aparece un curioso ejemplo sobre lo que puede ser la enfermedad, y la diferencia entre una persona enferma y una sana.
La historia es la siguiente: El padre de uno de los personajes es un estafador. No es un estafador duro ni avaricioso, sino uno que sólamente busca mantener a su familia haciendo el menor daño posible a los demás.
Este personaje padece de trastorno obsesivo-compulsivo, y necesita la omnipresencia de ciertas reglas y cierto orden en su vida y en todo lo que le rodea. Así que, en cuanto se entera, entrega a su padre a la policía; no lo hace porque quiera o no hacerlo (Más tarde, cargada de arrepentimiento, se entregará a comportamientos autodestructivos y se provocará a sí misma heridas, lo cual su hermano, de forma por cierto bastante significativa, considera puro melodrama, falso arrepentimiento, búsqueda de compasión ajena - La negación del sufrimiento y la enfermedad es una de las reacciones más habituales ante ellos, tanto en la persona que lo sufre como en la persona que lo observa), sino simplemente porque, y creo que cito aproximadamente la novela, no podía actuar de otra manera.
Ahora bien. El protagonista es en realidad el ser más enfermo de toda la novela; por su comportamiento en ciertos casos, creo que se le puede dar en cierto modo el nombre de "monstruo". En la novela, hay unos ficticios "test de adaptación"; cuanto más alta sea la puntuación del sujeto, más alta será su incapacidad para adaptarse al mundo que le rodea (Lo cual puede llevarle, si tiene la edad adecuada, a ciertos institutos especiales como el que es escenario de la obrita, centrados en trabajar sobre, y aislar, a todos esos seres demasiado problemáticos para sí mismos y para los demás como para poder ser tratados de la forma habitual). El protagonista es el peor del instituto; su puntuación es del 76%, lo cual implica, tal y como afirma otro personaje (Quizás el que mejor comprende las zonas más oscuras de su enfermedad), "que sólo tiene un 24% de ser humano". Ya no es que sea un humano con un monstruo dentro; es un monstruo que se hace pasar desesperadamente por humano (Cita sobre otro personaje: "Se aferra desesperadamente al 46% de humanidad que le queda"). En ciertas situaciones, escapa totalmente de control; de hecho, se afirma que la cantidad de escenarios en las que enloquece y desciende a una brutal serie de asesinatos es estadísticamente muy superior a los escenarios en los que consigue agarrarse a la poca (y quizás un poco falsa) cobertura de cordura que le queda (Sería muy largo explicar el motivo de esta proliferación de escenarios, e implicaría spoilers serios de la trama de la novela).
Esto parece llevarnos a una curiosa definición para las formas que aquí nos interesan de enfermedad: La "necesidad", provocada por agentes internos pero al mismo tiempo externos a la psique del afectado, de reaccionar de determinada manera ante determinadas situaciones. O, de otro modo: La reducción no intencional de las posibles respuestas a un determinado estímulo. Por supuesto, ésto es sólo un rasgo de la enfermedad, y aún para el pequeño ámbito del que aquí uno intenta ocuparse no sirve para nada de definición completa; pero es un interesante punto de partida - Pues creo que ésta podría perfectamente ser una de las causas de la angustia emocional que siente una persona enferma. Quizás aquí nos limitemos a casos relacionados con el TOC, pero creo que con la ansiedad siempre pasa algo parecido; conozco el caso de una persona cercana que, en sus peores momentos, se derrumbaba siempre que se acercaba a unas escaleras que la debían llevar a su habitación, en el segundo piso de su dúplex - No había ningún motivo en un sentido típicamente volicional (Palabras extrañas para cosas extrañas), pero la simple visión de la escalera y la perspectiva de tener que subirla le provocaba una ansiedad absurda y enorme, inhabilitándola para dar cualquier otro paso; creo que ésto es un ejemplo perfecto de casos verdaderamente fuertes de enfermedad. Y, por supuesto, el sujeto se da cuenta de la misma irracionalidad de su acto; creo que ese es parte del motivo por el que el personaje antes mencionado se lanzó a conductas autodestructivas: Ella no había escogido en el sentido tradicional de la palabra esa forma de actuar, y se rebelaba contra ella, y se odiaba por "rendirse" ante ella (Debe tenerse mucho cuidado al comparar el caso de una persona sana con el de una persona enferma; mientras que, para su hermano, una persona sana, eso contaba como "traición", para el protagonista, que entiende un poco mejor la enfermedad, está claro que era algo que nuestro personaje habría sido incapaz de evitar); quizás si hubiera escogido actuar así se habría sentido más en paz (Incluso con la idea de haber "traicionado" a su familia, y quizás también su hermano, recibiendo la explicación de los motivos racionales que la llevaron a hacer lo que hizo, podría sentir, como mínimo, algo más de respeto y comprensión hacia ella, mientras que su comportamiento, para él incomprensible, sólo empeora las cosas), pero no lo hizo. Es vital. No escogió hacer eso, no escogió delatar a su padre. Es lo que se debe comprender. La enfermedad está conectada con la muerte de muchas formas; la muerte podría quizás considerarse la fase última de la enfermedad, cuando la limitación de posibilidades tipica de ésta (Quizás en éste caso también se puedan incluir las físicas) rematan en el absoluto cierre de posibilidades que es la muerte (Conexión débil, causalmente ridícula, que implica una especie de artificial oposición entre lo que es vida y lo que es muerte, pero rítmica; se podría esbozar algún verso sobre ésto, quizás).
No hay intención en éste escrito. ¿Era ese personaje responsable de sus actos? Sí. ¿Podría haber actuado de otra manera? No. ¿Hay alguna auténtica separación entre gente y sana y gente enferma? No lo sé. Las cosas son complicadas. La gente enferma puede ser curada, y la obsesión de ese personaje puede ser tratada; quizás acabara siendo capaz de hacer que remita o de vivir con ella. Pero es extraño, porque eso no implica que pudiera haber hecho otra cosa. Sólo implica que, si se hubieran cambiado las circunstancias, podría haber hecho otra cosa. ¿Y se pueden cambiar las circunstancias hasta ése punto? ¿Se cura realmente, una de éstas enfermedades? ¿Es exactamente una enfermedad? Parece distinta la obsesión de un inspector Javert de la bondad legalista de un buen policía. Es distinto seguir un conjunto de reglas de verse obligado a aplicar algún, cualquier, conjunto de reglas. Si no hay otras respuestas posibles para el sujeto, creo que puede decirse que está impelido a obrar de la única forma que le es posible; parece que debemos asumir la existencia de la libertad de elección para afirmar ésto y reducir esta clase de enfermedad, pero no es tampoco necesariamente así. Simplemente, como he dicho, creo que podemos asumir que ante cierto estímulo hay determinadas respuestas posibles; el verse impelido a escoger una respuesta determinada no implica que la elección fuera "libre" sin ésta fuerza, pero sí que hay una reducción de las formas de reacción posibles; no es necesario recurrir al concepto de libertad para admitir que el trastorno reduce las posibles formas de actuar, en mi opinión.