martes, 25 de junio de 2013

Francisco: Declaración de guerra (Documentación del pasado)

Queridos compatriotas:

Hoy, veintiseis de junio del 20XX, le declaro oficialmente la guerra al mundo. Y para no olvidarme voy a ponerlo en carta. Le comunico al mundo que me dispongo a invadirlo, y mis intenciones son agresivas. Me cae francamente mal, y su forma de funcionar me parece ineficiente y francamente estúpida.
Por supuesto, esto no significa que vaya a tomar acciones que impliquen, por así decirlo, "quemar los puentes" entre el mundo y yo. No, éste acto es puramente simbólico; unas relaciones que ya antes eran tensas adquirirán un rango más formal y oficial, y a partir de ahora toda relación de mi ínclita persona con el mundo se realizará según los procedimientos oficiales regulados según las convenciones de Geneva y blah, blah, blah.
Le comunico al mundo que estoy listo para dañar sus pilares en todo lo que pueda, y que no aceptaré ninguna paz que no implique una rendición total. Me siento moralmente obligado a informar que sólo aceptaré una total anexión del mundo, de tal forma que todo éste se convierta en simple y llanamente Yo, una especie de terreno avasallado que mantendrá relaciones de índole feudal con el resto de mi psique.
Caso de ser ésto imposible, comunico mi disposición a realizar una guerra total; no escatimaré en tácticas ni en armas, y estoy dispuesto a recurrir a las formas más sucias de guerra disponibles a mi alcance. Después de todo, ¿qué no puede hacer uno, armado de Gombrowicz y de Krasznahorkai? Le ruego al mundo que por favor se lo piense en profundidad antes de tomar una decisión respecto a su reacción ante estas declaraciones, pues una inmediata rendición nos evitará perder un montón de tiempo que podríamos haber perfectamente invertido en mejor detallar las relaciones de vasallaje en que éste acabará necesariamente respecto a mi persona, si no queda abocado a una destrucción total.
Doy las gracias al mundo por escucharme, y le comunico que mi decisión es inamovible. Y yo no pienso ser destruído, así que más le vale ir rindiéndose.

Firmado:

Francisco, Yo, Gobernador de Yo y Legímito Aspirante a Gobernador de Mundo.

miércoles, 19 de junio de 2013

Francisco/Alfredo. Esbozo. Parte uno.

Hola.
No se me ocurre otra forma de empezar esta, por así llamarla, "obra". No creo que tenga muchos visitantes, pero supongo que he de ser educado con los que llegan.
Supongo.
Cómo están.
O estáis. A mí podéis tutearme. Sin complejos. El usted me parece incluso un poco degradante. Quizás porque se ha reflexionado más sobre el tú que el usted. A uno le dicen "Tú" y oh qué cosas tan complejas y abstractas y enormes se le vienen a la cabeza. A uno le dicen "usted" y sólo piensa en un japonés inclinando la cabeza. O a lo mejor eso soy sólo yo. Espero que no sea algo racista. También pienso en conquistadores españoles de coraza brillante, pero a esos los relaciono más con "vuestra merced".
Bueno.
Si estáis bien, me alegro por vosotros. Si estáis mal, no os preocupeis. Mucha gente está mal. Seguro que podéis superarlo. Ánimo.
Yo estoy bien.
Hola.

Me llamo Francisco. Tengo veintitres años y vivo sólo.
Soy entomólogo. Bueno, no exactamente. No estudio insectos, en sí. Pero sé mucho de insectos. Y conozco a mucha gente que sabe mucho de insectos. Y como sé bastante de informática, me he convertido en un vendedor de insectos a escala internacional. Porque me pasan insectos. La gente que sabe de ellos. Son de muchos países. Y en España a mucha gente le interesan los insectos. Coleccionistas. Fetichistas. Sabios de larga y rala blanca.
Pues yo recibo los insectos. A veces muertos. A veces no. Depende. Los pongo, enjaulados, en la cocina. Nadie se queja porque vivo sólo. Bueno, podría quejarme yo. Pero no lo hago. De todas formas, no uso la cocina. En realidad sólo uso mi habitación, el baño y el pasillo que une ambos cubículos. Qué pedante suena cubículos. Pero no se me ocurre qué palabra usar. Bueno, no soy filólogo. Si algún filólogo me lee, le agradecería que me dijera cuál es la palabra adecuada. Por favor. Estoy abierto a todo.
Ahora debería decir por qué escribo ésto.
Bueno, la respuesta es la de Laura Marling: "Hablo porque puedo". Aunque no es exactamente así. No es sólo porque pueda. También quiero. Pero se podría decir que hablo por hablar.
No tengo ningún objetivo particular. No me interesa que me lean. De hecho, creo que no quiero que me lean. Me avergonzaría bastante. Tened piedad, los que me estéis leyendo. Si alguien me está leyendo. He dejado los comentarios abiertos. Públicos. Así que podéis decirme lo que queráis. Pero con piedad, por favor. Uno tiene sus inseguridades. Ya sabéis. Años de bullying y psicología constructivista. Soy un fracaso psicológico. Aunque, por otra parte, supongo que la sociedad es un fracaso sociológico. Soy un fracasado típico, supongo.
Aunque tengo éxito económico. Es sorprendente lo que se puede sacar con la venta de insectos. Desde luego, lo suficiente para permitirme vivir y mantenerme sólo. Creo que lo de que vivo sólo lo he dicho ya. Es muy importante. Increíblemente importante, de hecho. Me gustaría describiros las condiciones de mi soledad, pero creo que literariamente quedaría mal. Así que ya lo haré luego.

Tengo Facebook. En Facebook uso mi nombre real. Aquí no uso mi nombre real, así que no podéis buscarme en Facebook. Es para que mis contactos y mis clientes no sepan que escribo ésto. Simplemente no quiero que sepan ciertas cosas. Escribo ésto para pasar el rato (Al menos esa es la excusa que me doy ahora mismo), y desearía evitar que tan sano objetivo tuviera alguna consecuencia profesional negativa. Personal no. "Personal" es una palabra que me suena rara. "Personal" es para mí sólo yo. No sé si me explico. No hay ningún tú en mi vida. Excepto el que me imagino. Pero el tú que me imagino es creación mía, así que es parte de mi yo. Así que no es un tú, exactamente. Es sólo una limitación de mi yo. No sé si me explico. Vosotros estais inventados por mí. Aunque también sois un espacio vacío. Mi tú es un espacio vacío. Al menos no soy como ciertos yos que crean un tú a su imagen y semejanza. Para poder hacer eso, tendría que ser un Dios. Y en cierto modo lo soy. Pero no quiero insistir sobre eso.
En Facebook tengo a tres clases de personas: Clientes, contactos (los que me mandan los insectos) y desconocidos (Normalmente gente que antes tenía otro estatus pero que ha lentamente ido pasando a esta categoría a medida que vaciaba todos los tús y no me atrevía a borrarles por si se dieran cuenta de que ya no son tús, a veces me envían uno o dos mensajes y yo tengo que responderles como si existieran, bueno, exagero, ellos existen, está claro, pero no de una determinada manera; es decir, existen, pero no existen como tús, ni como ellos (tengo todo ésto muy pensado aunque de buenas a primeras suene muy lioso, lo juro), sino simplemente como otros en el sentido más puro de la palabra, seres que no tienen nada que ver conmigo ni con nada porque nada que no tenga nada que ver conmigo se me merece la categoría de algo cuando hablo desde mi puro yo, bueno, sueno megalómano, pero ya me explicaré, y ahora voy a cerrar el paréntesis). Los clientes y contactos son "ellos". No tús. No ocupan ningún espacio, pero tampoco están en un mundo de nada. Los acepto porque no me queda más remedio, pero no me estorban. El saber no ocupa lugar, y los contactos comerciales tampoco (Dios mío, qué símil tan absurdo acabo de soltar).
Vivo sólo. Creo que ya lo he dicho varias veces. Nunca me encuentro con mis contactos ni con mis clientes en persona. Tengo Facebook porque es un medio práctico de efectuar transacciones. Más que largos emails que comienzan con un "estimado señor X" y acaban con un "saludos nombre real". Simplemente les digo, "¿Qué?" y "¿Cuánto?", y lo entienden muy rápido. Funcionamos bien. Por supuesto, uso email con muchos. Y también uso eBay. Pero no me gusta. Prefiero Facebook. Además, Facebook es muy bonito. Y te informa de muchas cosas. Yo me puedo pasar horas en Facebook mirando cosas de músicos y escritores que me gustan. Uno se entera de mucho. O los perfiles de mis clientes. Me gusta pensar que convierto lo que toco en mío y lo traslado a mi "mitología personal". Bueno, vale, es otro término raro. Este os lo explico ya, venga, que es facilillo: Es el conjunto de cosas que son algo para mí y que por tanto tienen algo asociado. Algún valor. Comercial o sentimental. O intelectual. O todo junto, no sé. Son cosas que han dejado de ser "una cosa" y ha pasado a ser "esta cosa". Un símbolo de tal y cual. Que me despierta tal y cual. Categorías que uso en mis pensamientos. Historias que me sirven de ejemplo. Conceptos que ayudan en mis reflexiones (Reflexiono mucho, y estoy convencido de que algún día esto me reportará algo, no necesariamente algo de fuera, pero sí algo de dentro, es decir, que algún día podré sacar algo de dentro que sea realmente grande, o quitarme algo de dentro, o crearme algo dentro, no sé, no me explico bien. Me siento mal cuando abro un paréntesis, porque nunca sé cuándo cerrarlo, y me entra una especie de vértigo ante la idea de que el paréntesis se extienda hasta el infinito. Simplemente avanzando y avanzando. Puro movimiento inercial, no afectado por ninguna fuerza exterior; física clásica en toda su geométrica gloria. Pero lo evito cerrándolos de forma arbitraria. Por ejemplo, aquí. O aquí. O aquí.)

La entrada anterior la cerré con el paréntesis. No pude evitarlo. Ya no sabía qué estaba diciendo. En realidad, creo que en ningún momento sé lo que estoy diciendo. Simplemente hablo. Tampoco me importa. No hablo sobre nada, y así me puedo permitir tocarlo todo. No me encierro en uno o dos temas. No soy un hombre obsesivo. O quizás sí lo sea. Seguramente he hablado ya mucho de mi soledad. Vivo sólo. Pero no es una soledad dolorosa. Ni estoy obsesionado con ella. Es que es una soledad original. Distinta. No es la soledad de siempre, os lo juro. Os lo voy a explicar.
Vivo sólo. Eso no es nada nuevo. Pero vivo sólo de verdad. Nadie me ve. Nunca. Hace dos años y medio que no recibo ninguna mirada ajena. Las ventanas siempre están cerradas. La comida me la trae un hombre al que pago para ello, un hombre al que nunca he visto y con el que sólo he hablado dos o tres veces, por internet, para especificar sueldo y comidas. No es muy caro. No tanto cómo cabría esperar. De todas formas, he de disculparme. Antes decía que pasaba la mayor parte del día en la habitación y en el baño y en el pasillo que hay entre la habitación y el baño. O todo el día. No sé lo que dije. Sea como sea, era mentira, o era verdad a medias. Tengo que pasar por la cocina, claro, para recibir y empaquetar y etiquetar y fotografiar y todos esos laboriosos procesos que mi trabajo requiere. Aunque no me llevan mucho tiempo. Y también estoy en el recibidor. No mucho, claro. La puerta tiene una ranura, como las de los perros en las películas americanas. La hice construir así. Por la ranura el hombre al que nunca he visto y que nunca me ha visto me introduce la comida. Aunque me gusta pensar que soy yo quién introduce la comida. Me gusta pensar que yo creo la comida. Pero esto son fantasías, y no las vais a entender aún. No estoy loco, en serio. Soy una persona cuerda, consciente, y relativamente normal. Digo relativamente porque me doy cuenta de que es muy raro no haber visto a nadie en tanto tiempo. Pero soy normal, en serio. Soy consciente de lo extraño de mi situación. Soy consciente de que mi vida es algo un poco absurdo. Anormal. Extraño. Un tumor. Pero un tumor benigno. No hago daño a nadie. Ni a mí mismo. Mis padres no cuentan. Lo han aceptado. Tienen otros hijos. Son felices con ellos. Estoy totalmente seguro. No soy hijo único, así que lo mío no es un abandono. Además, a veces me hablan por Facebook. Sí, tengo a mis padres en Facebook. Pero ya no son mis padres. Son desconocidos. Sólo existo yo, y nada existía antes que yo. Pero no lo digo por megalomanía. Lo juro. Yo soy lo único que existe, yo y el espacio vacío que me rodea. Y ese espacio vacío puede ser llenado. Tú eres un espacio vacío. Vosotros sois un espacio vacío. Luego están Ellos. Pero Ellos son parte de mí. Mis clientes y mis contactos, me refiero. Son parte de mí. Son como abscesos. No tienen vida consciente. No existirían sin mí. Basta darse cuenta de que, sin mí, no serían ni mis clientes ni mis contactos. No serían nada. Sólo una masa vacía de otredad, lista para ser llenada. No sé si me explico. Creo que no. Voy a sonar como un megalómano. Lo sé. O como un loco. Pero no es así. Soy normal. Estoy en plena posesión de mis facultades. Tengo virtudes y defectos. Pero estoy sólo. Eso es todo. Simplemente, estoy sólo. Y, al estar sólo, soy independiente. Y, al ser independiente, debo ser o una bestia o un dios. Y, al no ser una bestia, porque no estoy loco y porque soy consciente y porque todos mis pensamientos se derraman siguiendo una perfecta línea recta según todas las leyes de la lógica leyes que no podéis rechazar y que avalan todo lo que os estoy diciendo porque en ningún momento en ningún instante las he violado de ninguna forma y como iba diciendo todas estas leyes y toda mi consciencia me asegura que no soy una bestia sino un dios. No luchéis contra Aristóteles. "Prácticamente, es el que tío que inventó el ser inteligente" (La cita la saco de Cracked.com, no quiero tener problemas de copyright, la traducción es mía). También puedo citaros a Heinrich Von Kleist. O a Teilhard de Chardin. Yo soy un poco el punto omega. El punto en el que converge la materia consciente. El punto en que la materia consciente vuelve a entrar en el jardín del Edén. Pero Von Kleist decía la verdad. Ahora que hemos perdido la inconsciencia, sólo podemos entrar al Edén por la puerta de atrás. Así que yo he entrado y he derribado la puerta y me he instalado en mis nuevos dominios mediante un seguro y fijo y gradual aumento de mi conciencia hasta que ésta ha ocupado todo y ha llegado a ser todo lo que es y hay. Soy pura consciencia. Quizás ni siquiera sea ya corporalidad. Quizás la comida sea un símbolo. Pura mitología. Mi vida es algo extraño. Nisiquiera sé si es vida. No sé si esa palabra es ya aplicable. Soy materia en estado puro. Soy, soy pura soledad. Soy pura inercia. Dios es la máxima realización del materialismo: El objeto no afectado por ninguna fuerza externa, el objeto que es sí mismo y se mantiene siendo él mismo en todo momento. El objeto que es puro objeto en todo momento. Ya basta por hoy. Lo que digo no es así. Las palabras me fallan, y no me deben fallar, porque yo creo las palabras, yo les doy significado, yo hago que fluyan. Las palabras son mías, las palabras son mi máxima posesión, las palabras son mi más magnífica creación; ¿cómo pueden estar fallándome ahora, de repente, cuando intentan explicar la cosmogonía del mundo que yo mismo he creado? ¿Acaso la mitología debe hacerse más allá del Verbo? No lo sé, no entiendo nada. No me lo tengáis en cuenta. Todo lo que digo es mentira.

martes, 11 de junio de 2013

Genesis revisited as Crimson

ESPAÑOLES PERDIDOS POR ESPAÑA

Como se suele decir, no tuvo ninguna oportunidad. Caímos sobre él como moscas, salimos de él como lombrices. Siempre insectos, claro, pero insectos elegantes. Creo que está muerto, Miguel lo acuchilló bastante en serio, con muchas ganas. Creo que Miguel realmente se creyó eso de las lombrices y quería salir. O se creyó lo de las moscas y quería comérselo. Ya sabes, él tan bruto como siempre. Pero se lo quitamos todo, eso es verdad. Y luego fuimos a ver a Pío. No es que nos fiáramos mucho de él, pero el trabajo estaba muy bien y el pago aún mejor. Así que lo vamos a ver, y Miguel me está mirando y sonríe como si esperara algo de mí. Al final me molesta y le doy un puñetazo y se arma una gorda, así que a Pío le entra miedo y no sale. Así que Ramón y yo nos colamos por una ventana y entramos, y Pío ahí dentro muerto de miedo. Tu Fernando ha sacado cuchillo, lo de ahí fuera es un peligro, le digo. Y se recompone y se pone de pie y es mucho más alto que yo. Al final las cosas funcionaron bien porque con el cague que le entró ya ni intentó timarnos, y Ramón y yo salimos de ahí contentos. Pero ahí fuera está la pasma, y catorce uniformes, y salimos corriendo. Creo que cogieron a Miguel. Así son las cosas.
Así que nos lo dividimos y salimos corriendo. Yo cogí un coche, no sé qué pasó con él. El coche era un Seat bastante decente, se le echa un poco de menos. Acelero y luego veo que en el asiento de copiloto se ha sentado Antonio, pero ya no me importa mucho. Salgo de la ciudad porque soy una lombriz.

Pues la verdad es que apenas nos quedaba. “El oro es lo único con valor así que no se puede cambiar por nada”, me dijo Antonio. Pero encontramos a un farmacéutico y lo cambiamos. Sabíamos que estaba en ello porque Pío nos había dado un mapa cuando empezamos a trabajar. El mapa estaba bastante mal dibujado, cosa de Francisco, pero se entendía, y el farmacéutico estaba de verdad en ello. Teníamos mucha italiana así que nos cargamos de boliviana. Luego la carretera era larga. Después no lo era. Antonio estaba desnudo y vomitaba. El vómito nos debía guiar de vuelta a la farmacia si necesitábamos más. El vómito también nos permitía saber lo larga que era la carretera porque nos mosqueaba no saber si era larga o corta. Luego Antonio paró de vomitar y vomité yo.

Llegamos a la frontera sin saber si era larga o corta. Entonces nos habíamos unido a una furgo. Eran quince, y nos dieron dos pistolas. Lope conducía, y era bueno. Tenían mucha y compartimos. A Antonio le dio una y tuvimos que pincharle, pero no despertaba. Estaba pálido. Al día siguiente se despertó muy tarde y gritó y nos despertó a todos. Pedro le dio un puñetazo. Antonio mordió el puño y luego la oreja y luego el resto. Al final Lope le disparó, y Antonio volvió a gritar y se apartó de Pedro. Antonio saltó y se disolvió, y luego sus restos fueron esparciéndose y nos siguieron. Lope arrancó y aceleró y dio varias vueltas para ahuyentar a los restos pero eran más rápidos que nosotros así que tuvimos que pensar. Luego dejamos que entraran y entonces saltamos y Lope quemó la furgo. Pedro estaba dentro y se murió pero se habría muerto igual según Lope. Los restos se quemaron dentro y creo que Antonio se murió. Lope me dijo que tuviera cuidado porque a lo mejor me seguiría. Luego robamos varios coches y seguimos y aún nos quedaba un poco.
En la frontera yo me estaba evaporando. Lope me dijo que me escondiera porque se veía el humo, pero un guardia me vio. “Otro capullo más, dad la alarma”, dijo, y Lope le mató. Luego mató a otro. Luego salieron muchos. Lope me dijo que saliera y les diera pantalla de humo pero afuera me evaporaba más rápido y volví al coche. Luego Lope se murió. Yo abrí las ventanas y aceleré y los guardias no me acertaron así que me fui.

En Oporto no estaba bien. No me evaporaba pero Antonio me seguía. Así que salté del hotel para acabar de evaporarme. Luego me rehize y estaba en Lisboa. El que me rehízo era un viejo chulo brasileiro que había venido a Portugal. Me puso la marca y le obedecí así que trabajé en la calle. Ahí estaba Antonio. Me dijo que ahora era dueño de una tienda de las afueras de la ciudad. Le acompañé y me enseñó su casa. Me dijo que ahora era un hombre casado y que ya no tenía. Me llevó a la trastienda y me enseñó un túnel. Me colé y no vino, así que fui. Sabía por primaria que allí vivían los Entecernarios.
En el túnel vivían los Entecernarios. Me saludaron con abrazos y besos, y me llevaron a una cama enorme. La cama estaba hecha de hojas unidas con saliva entecerniana. Así que dormí y cuando me desperté ya tenía brazos. Así que los Entecernianos me levantaron y me sentaron y me pusieron a escribir. Luis me ayudó a distinguir las letras y parecían españolas. Vicente me dio mucho papel y comida, y Pedro, que era otro Pedro, me ayudó a mover los dedos. Federico se encarga de que siempre tenga ojos. Así que escribo y soy viejo.

Rafael Alberti, 15 de diciembre del 2013


GENESIS REVISITED; ONE

Han pasado muchos años desde que Genesis desapareció. Peter Gabriels creo que está muerto, o casi. Bueno, todos estamos muertos. Akerfeldt no está muerto, y sigue habiendo música, pero música haber hay siempre, aunque no siempre sea buena, pero la de Akerfeldt es buena.
Hacía años que no escuchaba a Bob Dylan, y me parece tan estúpido como siempre. Su música no tiene sentido. No es un poeta. O, si lo es, lo es de la forma más cutre. No es como Cohen, Cohen me gusta. Cohen está muy bien. Aunque he escuchado poco de Cohen, porque me da miedo que no me guste. Si no escucho cosas suyas puedo pensar que me va a gustar. En el fondo eso es el arte abstracto, ¿no? Si no hay concreción entonces hay muchas concreciones. Pollock me gusta mucho, aunque no tanto, Bacon es mejor. Qué tontería intentar interpretarlo. Como los que dicen que Lynch cuenta “la vida de Cristo”. Lynch también me gusta mucho, pero no se puede interpretar. ¿Es que todavía no somos cuánticos? Nos sobra mística.
Estoy escribiendo esto porque estoy releyendo a Alberti. Rafael Alberti, el poeta español, aunque sospecho que éste no es el Alberti-Alberti. A lo mejor es un Alberti abstracto, es lo que he pensado al leerlo, nunca he leído nada de Alberti que sea ésto ni se que sea como ésto. Me recuerda a Burroughs. Al mismo tiempo me recuerda a mí, me gusta pensar que se refiere a mí. Pasan muchas cosas y todas son muy realistas. Sinceramente, no sé qué es este Alberti. O quizás sí. Supongo que lo sé del mismo modo que sé un cuadro de Pollock pero que lo que sé es el cuadro de Pollock, no algo que está fuera del cuadro de Pollock. Sé que Alberti, pero no sé nada alrededor de Alberti.
Estoy cansado. No me ha salido bien este disco, y ya no toco la guitarra. Y Akerfeldt es bueno, pero Elvis no. Cuando se me aparece Elvis me siento como Buñuel ante la virgen, porque yo no creo en él. Porque ya no se puede creer en él.
Creo que los Entecernianos existen. He encontrado un texto de 1994 de Jorge Luis Borges en el que afirma, “Los Entecernianos viven en las tuberías de Lisboa y se alimentan de los poetas de Lisboa”. Aunque creo que no se refiere a Portugal. Me da la impresión de que simplemente no se atreve a nombrar la ciudad, porque entonces se concreta, y al concretarla los horrores del lugar se escaparían y lo alcanzarían y lo arrastrarían y los Entecernianos beberían su sangre (Borges no dice que beban sangre, pero Cortázar sí porque Cortázar siempre ha sido más atrevido).
Así que voy a viajar allí. No me importa que se alimenten, porque he sido tan viejo, tanto tiempo. Y un viejo sólo puede morir rápido porque ser viejo es la cosa más nebulosa que hay. Estoy en una carretera, y las nubes van muy rápido. No hay coches, pero sí hay yo. Y no sé si la carretera es larga o corta, y no tengo ganas de vomitar. Así que llego a la frontera y sigo sin saber si es larga o corta.
Voy a España para morir.

Steve Hackett




GENESIS REVISITED; TWO

¿Quién soy? Es la misma pregunta cutre que todos nos hacemos.
¿Soy un individuo? Demasiado simple. ¿Soy parte de un colectivo? Demasiado simple.
Cuando estaba en Genesis, ¿era Genesis? Es decir, ¿era Genesis o era yo en Genesis? ¿O era yo + Genesis? ¿O era acaso Genesis – yo? ¿Era parte de Genesis, Genesis era parte de mí, todo yo era Genesis, Genesis era todo yo? ¿Genesis era un individuo o un colectivo? ¿Yo era un individuo o un colectivo?
Así que dejé de ser Genesis para ver si podía ser yo. Ni Hackett ni Collins lo entendieron, pero yo tampoco.
Mis álbumes en solitario fueron algo así como un intento de ser yo de alguna forma. O de ser un colectivo. O de ser parte de un colectivo. A esas alturas estaba tan confuso que no tenía ni idea. Me pasaba los días con calor y las noches con frío. Besaba la calefacción y vomitaba por la ventana. Escuché mucho a Elvis y leí mucho a Kant. Elvis no me gustaba, Kant sí; esperaba que mezclarlos consiguiera llevarme, por oposición del sí y del no, a alguna averiguación sobre mí, al estilo de Hegel.
No funcionó, por supuesto, y al final me cansé. Simplemente eso. Me cansé. Dejé de preguntármelo. Dejé de cantar. Dejé de componer. Dejé de hablar. Dejé de comer. Dejé de beber.
Empecé a subsistir. Fue una época extraña. Todo se presentaba con facilidad, con ligereza, con la insustancialidad que le era propia. Nada era fuerte. Se podría decir que todo recibió esa suavidad con la que hasta entonces me captaba a mí mismo
La abulia fue desapareciendo un poco por su cuenta. Como toda forma de honestidad. O falsedad. O yo qué sé. Ahora estoy en un estado extraño. Pienso poco. O mucho. Según como se mire. Estoy siempre pensando, pero ahora el pensamiento es el suave. El resto es fuerte y el pensamiento es suave. Electricidad escuchando a Pink Floyd. Lágrimas paseando por Epping Forest (Donde todavía se ven tumbas de la guerra civil). Gemidos viendo a Buñuel. En el fondo supongo que no abandoné la abulia.
Estoy podrido, eso lo sé. Empezó por el estómago y ahora se ha extendido al resto del cuerpo. Es el cáncer, es la peste, es la sífilis, es la gripe, es la misma definición y esencia de Enfermedad. Yo soy la misma definición y esencia de Enfermedad. Yo soy la Enfermedad.
He aceptado la invitación de Hackett. Hackett cree que estamos muertos, pero no lo estamos. Hackett cree que estoy muerto, pero no lo estoy. Iré con él a España, pero no para morir. Yo me esparciré. Me disolveré. Seré una epidemia.
Ah. Aaaaah. España es el único lugar en que me es posible estar. No estoy muerto, y nunca moriré. La muerte ya es un ideal imposible. Un mundo inalcanzable. No puedo morir, así que mataré. No puedo morir, así que me disolveré. No puedo morir, así que me transformaré.
Veo una carretera, pero no me veo en ella.

Peter Gabriels






EL REY CARMESÍ

Por primera vez en mucho tiempo, Robert Fripp viaja a España.
No es, por supuesto, un viaje de placer (¿Quién haría un viaje de placer a un lugar como España?). Viaja a España porque se lo han pedido, y porque allí hay música, y porque tiene que bautizar esa música.
Fripp descansa en el avión que Gabriels le ha alquilado. A Fripp le fascina la forma del avión, porque es tan pequeño que parece como un huevo del que salen dos gigantescos picos. A Fripp le gustaría poder mirar el avión desde fuera durante todo el viaje, pero, por supuesto, no puede, así que se conforma con observar el techo.
El padre del rock progresivo lleva tanto tiempo mirando el techo que le parece que cambia de forma. El blanco se superpone al blanco, el blanco agujerea el blanco, el blanco abomba el blanco, el blanco se cierra sobre el blanco. Por qué no estará pintado. A Fripp le gusta el rojo, es el color de su música, lo ha sido siempre, en el momento en que su música intentaba ser roja fracasaba, pero no el blanco. Blanco es Genesis, no King Crimson, piensa. Este es un avión de Genesis. Fripp empieza a sentirse como un extraño. Le gustaría sangrar hasta conseguir pintar todo el avión de rojo. Pero tampoco puede, así que simplemente intenta mirar su lengua.
FRIPP: Es extraño. Llevo décadas diciendo a la gente que se muera, y ahora me van a matar a mí. Bueno, supongo que en realidad no es tan extraño, simplemente se está intentando vengar. ¿Pero Hackett? No me lo esperaba. Creía que yo y Genesis nos llevábamos bien. Fui al bautizo, besé a los fans, hice todo lo que era necesario. ¿Qué esperan encontrar en España? Aaaaah. Qué fastidio. ¿Por qué yo? ¿Por qué han de arrastrar a sus obsesiones al hombre que ha superado todas las obsesiones? ¿Por qué llamar al hombre que no está ni vacío, ni lleno? ¿Qué quieren de mí? ¿Quieren siquiera algo de mí? Ah, necesito un poco de Discipline...





GENESIS REVISITED AS CRIMSON

El concierto fue bastante extraño.
Dado que la música de Genesis y la de Crimson nunca había tenido mucho que ver, la decisión previa fue que se limitarían a improvisar.
Gabriels se encargó del teclado y de la voz. Aunque se notaba su edad, su voz seguía teniendo esa especie de cualidad sentimental, atrayente, un tanto desgarradora de siempre.
Hackett y Fripp tocaron la guitarra. El místico virtuosismo arcoiris de Hackett y la desesperada distorsión púrpura de Fripp desentonaban vivamente, y parecía que una guitarra quería destruir a la otra pero que no acababa de conseguirlo. Pero este contraste, en lugar de destrozar la música, la hizo, de alguna extraña manera, más dinámica, más contrastada, más viva; el periodista Manuel Vilas lo nombró “una de las mejores experiencias de su vida” (A pesar de que no había ni bajo ni percusión, lo cual hace pensar, lo cual ha dado lugar a hipótesis de que podrían haber sido afectados por algún gas, posible explicación también de su posterior comportamiento).
Actualmente, el concierto es especialmente infame por el final.
En una estúpida ironía bíblica, el rey destruyó a su creación.
Hackett fue el primero en caer. De pronto, durante el que fue definido como “el más impresionante solo de su vida”, arrojó su guitarra al público (del que, por otro lado, no tenemos noticias más que entre ellos estaban Manuel Vilas y un tal Alberti) y se puso de rodillas. Gritaba, pero la voz de Gabriels subió de volumen, y nadie pudo entender lo que decía.
Fripp se acercó a él, se sacó un cuchillo del bolsillo, y lo degolló. Su muerte fue instantánea.
En este punto, Vilas comenta que “aunque pareca irreal, Fripp seguía tocando mientras hacía todo eso. Tío, era impresionante, como una especie de sacrificio humano, como si Fripp fuera el puto chamán y nosotros fuéramos un grupo de fieles y estuviéramos girando y gritando y cantando alrededor de una hoguera. Nunca había sentido nada así, y por todos los dioses que amo el chamanismo.” Por lo visto, la mezcla del sacrificio y la calidad musical llevó al escaso público a un estado casi catatónico, a algo muy cercano al coma, y apenas se dieron cuenta de la realidad de lo que estaban presenciando.
Luego le tocó el turno a Gabriels. Al contrario que Hackett, Gabriels continuó cantando y tocando mientras sucedía. Y lo que sucedió fue considerablemente más extraño.
Cuando Fripp, que si nos hemos de fiar del testimonio de Vilas no paró en ningún momento de tocar, degolló a gabriels, éste se disolvió. No es que se cayera, ni que se desangrara, ni que se derrumbara; simplemente se disolvió, o, en palabras de Manuel Vilas, se evaporó. Una descripción posterior del periodista: “Fue como si de alguna forma todo el escenario fuera el ojo y Gabriels fuera el párpado y el ojo estuviera cerrado. Por un momento, Gabriels no fue nada, o, más adecuadamente, fue nada; luego, el ojo se abrió, y más allá del párpado no había nada, y había un olor extraño y fue cuando vi la puta niebla. Pero francamente no me daba cuenta, estaba demasiado ocupado teniendo algo muy parecido a un orgasmo musical. Francamente, apenas notaba que sólo quedaba Fripp; nunca había oído a nadie tocar una guitarra así. De hecho, apenas me puedo creer, recordándolo, que ahí sólo estuviera sonando una guitarra y no todos los instrumentos del mundo en una perfecta distorsión contorsionada. Francamente, no me arrepiento de haber ido, y me importa una mierda morirme o haber contemplado el apocalipsis o qué sé yo qué porque el universo entero se justificó y me sonrió con ese solo, y fui más feliz de lo que había sido nunca.” Unas horas después, Vilas murió en el hospital de San Juan de la Cruz, en el que fue ingresado una semana después del concierto con esa serie de síntomas que ahora nos son a todos conocidos. Murió tres días después de ser ingresado, convirtiéndose por tanto en el primero de una epidemia que ya se ha cobrado la vida de 200 millones de hispanohablantes (Nadie sabe todavía por qué sólo afecta a los hispanohablantes, y menos por qué afecta sólo a los que tienen un nivel mínimo de C1 en el idioma. Vilas, en sus novelas, delira sobre la posibilidad de un virus insertado en la lengua inglesa; ¿será posible que haya algo por el estilo en la lengua española? Por supuesto, esta hipótesis está prácticamente desechada, pero, ¿cómo explicar si no la epidemia? No faltan los místicos, los lectores de Cioran, que gritan que todo se debe a “la desesperación de un pueblo que descubre que no puede volver a la historia”, a “el lógico resultado del profundo ridículo que es y ha sido siempre España”, a “el precio de intentar mantener la ilusión de una identidad colectiva completamente ajena al avance de la historia”. El autor de este artículo prefiere no pronunciarse).

Javier Calvo


VIDA Y TRABAJOS DE RAFAEL ALBERTI: CAPÍTULO 15

No puedo estar seguro, pero creo que los tres lo sabían.
Es decir, ¿por qué iban a venir si no a España? ¿Por qué molestarse con algo que no acaba de conseguir existir?
Aunque no creo que todos me leyeran, sí sospecho que los tres entendían. Al menos hasta cierto punto.
Bueno, vale, volviendo a pensarlo, supongo que más intuir que entender, que no es lo mismo. O entender pero no comprender, o entender el algo pero no entender algo. Lo siento, lectores, pero no sé explicarme, y creo que os estoy dando la impresión (Quizás acertada) de que España era algo así como un cuadro de arte abstracto.
Si algo aprendí con los Entecernarios, fue que la concreción es una pesadilla. No sólo es que hoy en día considero indefendible un trato de la realidad como algo fijo, concreto, móvil o estático, dinámico o adinámico, ridículo o no ridículo, definido o indefinido. Es que, a lo mejor es sólo una impresión mía, pero creo que si fuera cualquier de estas cosas sería una pesadilla.
Quiero decir. ¿No sería horrible que la realidad fuera estática? ¿Y no sería peor que fuera móvil? De hecho, ¿no sería horrible que fuera o no fuera? Las definiciones son algo monstruoso, ¿no? No sé. ¿Habéis leído mi historia? Es real, por supuesto. Y no estaba paseando por algo concreto, sino por España. ¿Comprendéis? Estaba viviendo España. Estaba moviéndome por España. Y luego creí que había salido de España, pero donde ponía Oporto quería decir Galicia y donde ponía Lisboa quería decir Madrid. No se puede “salir de” España, porque España no es un ente. No es algo concreto, limitado, un “aquí-sí y ahí-no”. La única forma de definir un cuadro de Pollock es decir que es un cuadro de Pollock, ¿no? Bien: Del mismo modo, la única forma de definir España es decir que es España.
Hace tiempo que abandoné la estúpida ilusión de que España no existía, y hace aún más tiempo que abandoné la estúpida ilusión de que España existía.¿Lo comprendéis? Realmente, creo que de esos tres sólo Fripp lo entendía; Gabriels estaba convencido de no, Hackett estaba convencido del sí, pero sólo Fripp estaba convencido de que ni no ni sí. Sólo Fripp sabía no saber. Coño, ya conocéis el resultado; francamente, de esos tres, sólo Fripp estaba vivo.
Se suele decir que Gabriels es la enfermedad y que su conversión en enfermedad es lo que provocó la epidemia, pero no es cierto. Hackett y Gabriels tuvieron la misma culpa. No encontrarás a nadie diciendo que la enfermedad es pura construcción, pero la enfermedad tampoco es pura destrucción; la enfermedad toma un poco de ambas sin acabar de ser de ninguna manera ninguna de las dos. Fripp, en su papel de Dios, de rey, de gran diablo y creador de todo lo que es la música, era la auténtica enfermedad; Fripp reunía a ambos, Fripp era tanto Hackett como Gabriels y sólo tenía que liberarlos y dejar que la historia siguiera su curso.
Porque lo que faltaba era la enfermedad. Nos estábamos destruyendo sin enfermar. Nos estábamos cayendo sin decadencia. Nuestro mundo ya era sucio, cerrado, apocalíptico; sólo faltaba que se le diera el último empujón para que lo español pasara finalmente del estadio intermedio al estadio de decadencia.
Apenas queda tiempo. Pronto, muy pronto, saldremos definitivamente de la historia. Y entonces los Entecernarios saldremos y reiremos y correremos y gritaremos y viviremos y seremos felices dede entonces hasta el final de los tiempos porque al fin nos hemos ido, al fin hemos desaparecido, al fin nos hemos apartado, y la historia no significará nada, y la historia dejará de significarlo todo, y la historia se apartará y estará a un lado y nosotros nos apartaremos y estaremos al lado opuesto, y seremos como dos líneas paralelas que nunca se tocan en ningún punto.
Sí. Sí, sí, sí. Llevo esperando esto tanto tiempo. Tanto tiempo. He sido tan viejo, tanto tiempo. He sido tan joven, tanto tiempo. He sido tan España, tanto tiempo. He sido tan poco España, tanto tiempo. Sí. Sí, hijos de puta, sí. Rápido, ven, rápido, ven, ven, rápido, joder, más rápido, más rápido, sí, sí, sí, rápido, rápido, rápido, rápido-

Género negro. Tentativa.

Y un cadáver fue encontrado en un club de S&M, pero no era de un habitual. Es decir, era un cadáver de alguien que iba de vez en cuando, como todos, pero vamos, no era un cliente habitual. Bueno, pasa mucho que se encuentren cadáveres en esos clubes, pero lo de él era muy esporádico, nada del más hardcore, ya sabes. Iba para entretenerse un poco y ya, nunca hacía ni pedía nada excesivo. Ya se sabe, alguien habitual, un normal, un cualquiera. Tampoco tenía muchos contactos con gente rara, aunque de hecho no tenía muchos contactos con gente. Por lo visto vivía justo al lado de tu casa, en la Roquefort, en el edificio del gimnasio, en el segundo piso. A lo mejor lo viste alguna vez saliendo de su sala del gimnasio. Tenía una reservada, parece, la 23D. Bueno, ya sabes, que vivía cerca de ti. No sé, supongo que no lo conocías. Pero a lo mejor te suena algo su cara. Bueno, no sé. Bueno, en fin, que le metieron todas esas cosas y la verdad es que lo raro habría sido que no muriera. Quiero decir, me gusta el S&M tanto como a cualquiera, pero a veces pienso que es excesivo. No sé, es un poco enfermo cuando es excesivo, ¿no? Es algo perfectamente normal, pero no hay que pasarse, ni siquiera con lo realmente bueno de la vida, no. Bueno, ya sabes como soy, todo un aristotélico, término medio y todo eso, je je. Bueno, que se ensañaron, y a saber por qué. A lo mejor sólo buscaban una víctima aleatoria, a lo mejor no. No sé, no es un caso muy importante, pero no sé, tampoco tienes nada que hacer. Mira, luego te invito al Parsini por las molestias, investiga un poco hoy y mañana, revuelve un poco a sus vecinos y a los parroquianos, y ya, ¿vale? Venga, ¡hasta luego! ¡Y suerte investigando!


...
...
...

..

..
.

.....................Sales a la calle, sombrero y abrigo y corbata y tejanos y guantes, gris sobre gris sobre gris sobre el rosa grisáceo de tu piel sobre gris sobre gris sobre gris sobre gris, gris de las calles confundiéndose y dedibujando el gris de tu silueta, contornos difuminados y avance suave y movimiento viscoso y casi desaparición involuntario sigilo movimiento insonoro incoloro inodoro respondido por un eco suave un ligero traqueteo una pantalla de publicidad una distancia de seguridad, mirar fijamente y ceño fruncido el gris del suelo y paso sobre paso sobre paso y nisiquiera se te ocurre volver la mirada porque eso no es lo que se hace pero notas presencias que no son presencias porque son tan grises tan inodoras tan incoloras tan insonoras como tú gris sobre gris sobre escenario gris paisaje gris cielo gris espejo gris que sólo refleja gris y pasos grises sobre suelos grises sobre pasos grises sobre huellas grises sobre miradas grises.

Hay una cierta mística. No lo sabes, pero lo notas. Te empapa, te humedece, te inunda. Te llena y sale de ti y llega a todos los demás, y el proceso se repite, de forma metódica, industrial, musical. Y es una cierta musicalidad, una cierta melodía, un cierto ritmo, una cierta armonia. Una cierta poética, palabras sobre palabras sobre palabras. Un nexo, una comunión, una especie de todo débil y fantasmagórico y arácnido que lo ocupa todo y del que nadie puede desembarazarse.

Un azul capta tu mirada. Por un momento, la apartas del suelo. Look up into the stars and you're gone. Inmediatamente la bajas, avergonzado, lleno de odio hacia ti mismo y hacia tu suprema absoluta ridícula falta de cortesía. No hay azul, sólo un gris que parece azul.


--- Fwwwwwwwwwwwwwwwwsh

----
-
--------
--
.

ME TEMO que no tengo ni idea de qué decirle. Quiero decir, por supuesto que sé que hay No, no sé qué decirle, recuerdo haberle visto una vez pero nunca hablamos, la verdad, pero La verdad es que siempre iba muy contento, no sé, como muy animado, me extraña que Es curioso que haya sido una persona como él tan amable que nunca nos dio problemas la que haya tenido que morir, no señor, siempre he dicho y siempre diré que el S&M no es bue Efectivamente nunca nos causó problemas en el gimnasio pero ya hablado con el dueño, qué puedo decirle, se metía en su sala y no molestaba a nadie, nisiquiera hacia rui Hay algo que no me gustaba en él señor, no sabría decirlo, pero había algo, a veces te miraba sin venir a cuento y hacía que No sé, eran unas miradas extrañas, lejanas, muy curiosas y difíciles de defi Lo más seguro es que haya sido un compañero que se dejó llevar y se pasó, nada que hacer, son cosas que pasan, accidentes que aunque tristes son inevita No sé señor, todas esas salas tienen un botón de auxilio, aunque claro, a lo mejor los dueños estaban metidos en ello o no se dio o cuenta o Esos putos botones son una tontería, créame, nadie se va a meter en problemas simplemente por salvar a un pobre diablo, seguramente lo habrían ignorado aunque No me tome la palabra pero a lo mejor alguien se enfadó por sus miradas y ya se sabe, la gente explota muy fácilmente, muy fácilmente, muy fácilmente, muy fácilmente, muy fácilme-e-e-e-e-e-e-e-e-e-e-ente, fácilme-e-e-e-e-e-e-e~e~e~nte

PERO

Supongo que lo más probable es lo que dicen, que un compañero se sobrepasara. Y quizás tengan razón sobre lo de los botones. Pero hay algo que no encaja. ¿Por qué se ensañó tanto? ¿Quizás al empezar a llegar lejos se vio incapaz de no continuar, o decidió que al haberlo roto todo sólo podía llevaro al último extremo? Pero, ¿realmente no responderían al botón? Creo que habría que hacer una prueba. Por otro lado, parece que la víctima era un sujeto un poco maleducado. Quizás sí se hubiera hecho algunos enemigos. Incluso entre los dueños si son de esos chulitos de peli de Hortma~~ qué puto aburrimiento~~

A CONTINUACIÓN se expone el dibujo encontrado en las notas del detective en una reproduccion exacta y fidedigna y absoluta, gracias a la colaboración de nuestra ilustradora, Jane O'Patrick, y de nuestro copista, John Maljamir. Sin su colaboración, habría sido imposible completar la historia del detective. Muchas gracias, Jane y John, y que sepais que nunca, nunca, nunca, nunca os olvidaré. Muchísimas gracias por todo.



CABE HACER NOTAR que esta es sólo la primera versión del dibujo, pero también la única que recogeremos. En las versiones siguientes, la CABELLERA DEL DETECTIVE crece, una SILUETA POCO AMISTOSA aparece a su izquierda, y lo gris se va substituyendo por azul, rojo y amarillo.



Gewosdllvlxcblxcbnlckbnsfnblxnbrb me estoy durmiendo.

gdsg.

gsd.
g.

Bueno, no es que haya escrito muy buenas notas, pero dará igual, supongo, es sólo hoy y luego ya está, que también menudas tonterías me carga n~

j
jjjj
jjjjjjjjj
jjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj


Y luego irás irás irás irás irás irás irás irás al S&M y te encontrarás una escena CUUUUUUUUUriosa.


Me encontré con que el lugar estaba rodeado de ambulancias. Nada raro, no hacen mejor negocio en ningún sitio, es como aquel romano que quemaba casas para comprarlas mientras ardían y entonces apagarlas, seguro que hasta hay algunos dentro, pero da igual. El caso es que me pareció que había demasiadas, es decir, como el doble o triple de lo habitual.

Cuando entré, contemplé una situación bastante curiosa. Kafkiana, por ponerle un adjetivo, aunque nunca me ha quedado claro lo que significa. No sé, pero creo que queda bien. Bueno, era una escena curiosa. Por lo visto se les había ido de las manos alguna orgía o algo, porque prácticamente ni se podía entrar en recepción de lo que apestaba. Sangre por todas partes, algunas vísceras por el suelo. Un puto asco, la verdad. Varios muertos seguro, mínimo 20 heridos de gravedad. Seguro que alguno no pasa de la noche. Deseé que no me hicieran investigar también aquella gilipollez, pero bueno, daba igual. Sería mucho trabajo un día y luego seguro que estarían más calmaditos.

Bueno, que hablé con ese tío, el dueño. Un poco chulito, pero menos de lo que esperaba. Bastante majo, de hecho. Hasta me ofreció una sala gratis, creo que tengo que volver ahí algún día. Bueno, que el tío ese me dijo que no, que no había sonado el botón, que estaba seguro, que entonces habrían acudido de inmediato, que no les gustaba, que ellos eran un club serio y vale que era normal que esas cosas pasaran pero obligando no, no señor, tiene que ser siempre consensuado y que lleve a la muerte por naturaleza, no de forma forzada, por naturaleza, fluyendo, deslizándose, algo así como si la muerte fuera la mariposa y la vida la crisálida, que la verdad es que las metáforas se le daban como el culo pero bueno, la verdad es que parecía de confianza, aunque tampoco podía estar seguro de que dijera la verdad así que decidí darle una pequeña paliza, no mucho, el hombre fue bastante amable y me llevó a una sala privada para que pudiera darle la paliza en paz, un testigo muy colaborador, que la verdad es que se encuentran pocos, pues en fin, que me contó más cosas, y parece ser que había preparado la habitación entre nosecuál y nosequé hora, a lo mejor lo apunté, y que iba con un hombre, un señor alto de mediana edad con abrigo gris sombrero gris tejanos grises piel gris, pero fsdgsdgglkhekjdshgjkhsjdghskdjghsdkgjhlcbnlowws

sdgls
jsgj
ksgdk

Recuperando.
Recuperando.
Recuperando.
¡Recuperado!

pero no no no no no no no me dijo nada más ni ni me pudo id identificar si si si si había venido más veces o o no, el otro otro hombre, pero creía ía ía que no, que no, que era la primera vez, porque la primera vez porque no lo recordaba y no sabía su nombre nombre y tenía una forma de mirar a de mirar muy suya algo parecibzzz a labzzzz de su compañero, como intensa y cercana pero lejana y algo cruel en su amabilidad y en su algo que la verdad es que no sabía identificar, era muy raro, la verdad, pero los dos se parecían pero los dos se parecían pero los dos se parecían

Y EL MAESTRO GIRO QUE LE DIO LA VUELTA A LA VIDA DE NUESTRO DETECTIVE:

ÉL ERA EL ASESINO

...O quizás fuera un suicidio, y su amigo no fuera más que él mismo, y él mismo se ayudara a autodestruirse y tocar el fondo y arrastrarse y escupir y vomitar y eyacular hasta que se acabara la sangre y el vómito y el semen y algo se extinguiera, se fuera, desapareciera, look up into the stars and you're gone, o yo que coño sé, el dueño o uno de sus vecinos un poco enfadados pero atraídos por la mirada, no sé, o yo o él mismo o el dueño o uno de sus vecinos o a lo mejor una persona aleatoria que encontró por la calle o a lo mejor su hermano.


.
..
..
..
...
...

...
.
...
...
.
..

¿Puedo irme a dormir ya? Llevo todo el día muriéndome de sueño...

Sin problemas, sin problemas. Buen informe, ya lo leeré, me gusta el dibujo. Bueno, venga, hasta mañana. Ya te buscaré algo para mañana.

Buenas noches.

Buenas noches.

Modern Love

Amour

ÉL: Un coche en llamas que sigue funcionando.
ELLA: Un libro al que le han arrancado páginas y que debe ser reinterpretado.
ÉL: Un árbol derribado por un trueno.
ELLA: El manuscrito de On the road.
ÉL: La relación entre Platón y Aristóteles.
ELLA: El dinero encontrado bajo un sofá.
ÉL: La paradoja del mentiroso.
ELLA: Un móvil quedándose sin batería.
ÉL: No me quedan imágenes.
ELLA: A mí tampoco.
ÉL: Entonces, ¿qué hacemos?
ELLA: Supongo que no podemos seguir.
ÉL: Pero aún nos quedan palabras.
ELLA: Es ridículo vivir en las palabras. La literatura es estúpida.
ÉL: Pero nuestras imágenes provienen de la literatura.
ELLA: Cierto. Pero las palabras no son las imágenes que crean.
ÉL: He de darte la razón.
ELLA: También podemos crear imágenes nuevas.
ÉL: Imágenes propias, subordinadas a nuestra memoria poética.
ELLA: Imágenes no repetidas, instantes cualesquiera en los que no entren la palabra ni su insidiosa ansia de significado.
ÉL y ELLA: Un diccionario.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

ÉL

Hm...No sabría qué decirle. No, definitivamente no. No, no creo que la vaya a querer para siempre, no. Quiero decir...Tampoco pienso que ella me vaya a querer para siempre. Es decir, es absurdo, ¿no? Quiero decir, esperar que algo dure para siempre. Sobre todo teniendo en cuenta que ella y yo somos personas bastante veleidosas. Quiero decir, no sólo somos veleidosos, sino que somos occidentales, ¿no? Houellebecq afirma en Plataforma que los occidentales somos ahora mismo incapaces de amar y, aunque creo que exagera mucho, no creo que se le pueda negar una parte de razón. Es decir...No sé. A veces me fijo, así de repente, y me sorprende mucho la cantidad de narcisismo que hay en nuestra relación. Es decir...La relación ideal crea un círculo, ¿no? Ese círculo es la suma de ambos miembros y de todo lo que haga falta, ya me entiende. Y bueno, ese círculo se completa a sí mismo, ¿no? Quiero decir, no, es obvio que se necesita de ciertas condiciones materiales y de ciertos contextos y todo eso, pero, de por sí, lo fascinante de un círculo es que está cerrado sobre sí mismo, y nada puede entrar ni salir, ¿no? O al menos eso es lo que creo yo, disculpe que me ponga tan literario, es una costumbre que no consigo matar. Y...Bueno, no sé, cuando me fijo me parece que no formamos un círculo. Formamos un polígono muy extraño, con vértices y ángulos y esquinas y ramas y longitudes y qué sé yo. Es un algo muy confuso. No, no, no se equivoque, el que la relación sea abierta no tiene nada que ver; es simplemente cosa de nuestras actitudes. ¿Cómo explicárselo...? Hm...Mire, diga lo que diga va a sonar estúpido, así que no sé si hablar. No no no no, en serio, no quiere oírlo. Son palabras estúpidas y literaturas estúpidas y simplificaciones estúpidas. ...Bueno, sí, tiene usted razón. Sí, sí, no se lo niego. Bueno. Bueno, vale, pero sólo si no sale de aquí, ¿vale?
Creo que no tenemos auténtico contacto el uno con el otro sino a través de los filtros que retroactivamente nos imponemos. Filtros de comportamiento, de palabras permitidas, de imágenes aceptables, de gestos posibles. Filtros de placer e intelectualismo y apartarse y cultivado y literatura y cine y pintura y qué sé yo. Houellebecq afirma bastante la importancia de la sexualidad en el mundo contemporáneo, pero yo diría que no es sólo eso. Yo creo que la sexualidad está subordinada. Bueno, eso ya lo afirma él al afirmarla como objeto de lujo narcisista, pero yo llegaría más lejos. No creo que estemos en una sociedad sexual, sino en una sociedad estética. No en una cultura de la imagen, nisiquiera de tópico como afirmaba Deleuze, sino en una cultura de lo bello. De lo artístico. Por supuesto, visto desde muy distintas formas, pero creo que esa es una idea esencial para comprender muchos fenómenos actuales. No sé, ya no estoy seguro. Ve, me obliga a decir tonterías y luego no sé cómo seguirlas ni justificarlas...No sé. Es sólo que me parece que la gente busca lo bello, lo placentero, lo que se ajusta a ciertos modelos, lo que es novela, lo que es pintura, lo que es cine, lo que es aventura. Una vez ves a parejas ponerse a cantar espontáneamente canciones de Pierrot le fou lo has visto todo. Y oh, la pasión racionalizadora. El apasionamiento intelectual. Mire, no le mentiré: Creo que los intelectuales y los pseudointelectuales somos los peores. Los más asquerosos. Lo más sucios. Los más grotescos. Los más insinceros. Falsos, hipócritas, analíticos, conceptuales. No creo que haya amor entre intelectuales a menos que sea amor entre intelectuales que fingen no serlo. Un intelectual es una criatura narcisista y esteticista, aún más que un hombre de la calle. Una criatura incapaz de sentir fuera de sus propios conceptos e imágenes y palabras de sentimiento. Un ser controlador aún cuando afirma la imposibilidad de controlar. Bueno, por supuesto, estoy generalizando. Supongo que estoy pensando en mí mismo ahora, ¿no? El amor es algo estético en lo positivo y lo negativo, una cierta intensidad, una cierta poesía, un algo que acompaña a partir de su aparición a todos nuestros actos y pensamientos y sensaciones y que los llena, que les da un sentido, que los noveliza. Lo peor, la máxima tragedia del amor, es que se pueda hablar de él desde el arte. Porque el arte es un mentiroso. Porque el arte falsifica, vomita, eyacula, embellece y afea y maquilla y desmaquilla y se derrama el vino y se aplastan uvas y hay ferias y freaks y confusion hath fuck his masterpiece. El arte existe, y como tal es una de las grandes bases de nuestra cultura, de nuestra semiótica, de nuestros signos, de nuestra forma de comprender y sentir y asimilar; y, mientras exista el arte, no existirá el amor. Esa es, a grandes rasgos, mi teoría. Con la que la verdad es que ya no estoy de acuerdo...Le dije que era una tontería simplificadora. Por favor, dejémoslo ya.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

DEFINICIONES DEL AMOR: IMÁGENES (Falsas falsas falsas falsas falsas falsas)

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh15CQ6W18GdHViOdM2CccA-BgDw91jGqMEhOM31cuhSPpXm8bjWhCPdVFiTBGDITV_EpmTiTZPwufMbp1mWQylt36SeOhJFdDNs0Exf8QSgqgFh5YCqleEDnARKen6bHJ3dbCDmBKONlWT/s1600/Night.jpg (Night of the hunter)

http://a4.idata.over-blog.com/342x257/3/20/70/51/Auteur-Oeuvre/Alphaville/La-main-de-Natacha-parcourant-le-visage-de-Lemmy-Caution.jpg (Alphaville)

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTo3eKLvbyjfC-HTLHPnPAawfOMG835PNNu1kY_1TZ8v0E9FMgOrJ5EQXk51ZSsYCFhxqYfCRGuRulZeGRzqH6QtnWBqvJBgeFOYqscWHIEtrdsz-PuLpxmYfwL_eclWcxbNuuyULTRCio/s1600/inlandempire2.jpg (Inland Empire)

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_6e_v88hP5_ah1ZPpsnmkJgJbjrWfkiFVthlItm9X_ggztFQNxBarVgvTTLL5xhyphenhypheni1M47TkYuc82gehKO0ZjBFFjgrzlXvGo-O2s_oLvu_Br0D5YjLI09XfVu3peDHaemr7QyV0xASMg/s400/scarlett-johansson-cosmo-01.jpg (Portada de un ejemplar de la revista Cosmopolitan)

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

ELLA

Mais regard ma petit line de chance. La cima del ridículo, evolucionado hasta convertirse en la cima del amor.
La cabeza de Lynch. El cine de Godard. No sé, el amor es muy complicado. Es fácil simplificarlo e igualar amor y melodrama, muy fácil, y a lo mejor es cierto. Pero no me convence. No me convence.
En el fondo creo que el amor es una broma. No en el sentido trágico del término, sino en el sentido puramente cómico. Una broma, algo sin ninguna importancia., una irrelevancia, una mata de polvo. Y, como con todo buen humor. nada existe más angustioso que esa broma. Nada más doloroso. Nada más oscuro. Nada más revelador. En cuanto que quizás no exista, el amor revela los aspectos más negativos y fascinantes de la realidad, esos de los que escribía Sade y hacía a veces películas Buñuel. Esos aspectos que están ocultos al conformismo y al inconformismo por igual. Esos aspectos que ni los defensores del status quo ni los antisistema más empedernidos son capaces de captar. Porque en el fondo son lo mismo. La misma cara de la misma moneda. Porque lo que observa cada uno es exactamente lo mismo, y no son opuestos ni positivo y negativo ni deseo de mantener y deseo de cambio; son el mismo ser presentado de distintas formas. Y punto. Y estoy divagando, puede usted detenerme cuando sea así.
El amor...No, no es un método de conocimiento. No me tome a mal. Creo que Salinas, aunque respeto enormemente su capacidad intelectual, era una persona muy cursi. No, no. El amor, en cuanto que es una forma de humor, revela aspectos que hasta la broma se nos habían mantenido escondidos. Aspectos que forman parte pero que no nos damos cuenta de que forman parte. ¿Me etniende? El amor no es más que una forma de desvelar.
Una especie de despertar, supongo. Y, como todo despertar, resulta increíblemente ridículo. ¿No cree? No hay nada más amoroso que la cursilada más estúpida y carente de sentido; ni toda la inteligencia de Pedro Salinas, ni toda la psicología de Freud, ni toda la oscuridad de Sade han sido mejor capaces de captar la esencia del erotismo que la mayor ridiculez que pueda salir de la boca de una pareja apastelada. Oh, el erotismo, la ligera opresión, la tensión que hay presente en todas esas palabras llenas de azúcar y chocolate y fresas y nata y terciopelo. Es fascinante, fascinante. A veces le dio cursiladas a mi pareja sólo para embriagarme. Es como, como si me emborrachara o tomara la peor droga.
¿Para siempre? No, no, no lo creo. Quiero decir, llevamos ya un tiempo, pero ambos somos muy veleidosos. Y ambos somos muy contemporáneos, muy posmodernos, aunque nosotros mismos lo neguemos. Nos aceptamos y nos conocemos demasiado bien como para que esto dure de verdad. Y oh, no somos ridículos. Nosotros los intelectuales tenemos un absurdo miedo al ridículo. Por supuesto que a veces somos ridículos, sobre todo los que estamos en la fase pseudo, o quizás siempre lo seamos en todas nuestras palabras y actitudes y conceptos y tonterías, pero tenemos miedo a cierta forma de ridículo. Supongo que todavía nos queda un poco de esa imbécil concepción de élite. Ah, no me tome a mal. No soy anti-intelectual. No considero que haya élites y torres de marfil y cosas así. Creo que estamos conectados al mundo y a la realidad y a todos los demás, pero que muchas veces desearíamos no estarlo. Como cualquier persona normal, sólo que nosotros tenemos otros medios para escondernos. ¿No ha escuchado nunca con atención la canción de los Beatles Nowhere man? Es un ejemplo perfecto, perfecto, el más perfecto que existe.
Y bueno. Como no queremos ser ridículos, ¿cómo podríamos durar? Nos podemos amar y podemos demostrarlo y podemos abrazarnos y besarnos y pensar y decirnos palabras bonitas, pero no podemos durar. No señor. Es pura teoría del caos: Al formar un sistema cerrado, el caos de este sistema irá aumentando y aumentando. No hay nada que se pueda hacer. Bueno, se puede combatir, pero, en última instancia, se fracasa. Es una constante, tan absoluta como la de Einstein. Ah, ya sé que sueno un poco pesimista, ¡pero estamos en la sociedad del mejor mundo posible! Y el amor como tal sólo existe en el peor mundo posible. ¿Me entiende? Ya sé que me explico muy mal y a veces nisiquiera él consigue seguirme, sobre todo porque muchas veces no quiero decir lo que digo, pero supongo que más o menos me entiende. Me alegro, me alegro.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

DEFINICIÓN DEL AMOR: PALABRAS (Falsas falsas falsas falsas falsas falsas falsas)

"Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección."
- Antoine de Saint-Exupery

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única."

- Jorge Luis Borges

"En una sala porno, jubilados jadeantes
Contemplaban, escépticos,
Los brincos mal filmados de parejas lascivas;
Sin ningún argumento.
He aquí, yo me decía, el rostro del amor,
El auténtico rostro."
- Michel Houellebecq (Del poema El amor, el amor)

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

De lobishome a sacaúntos.

"Ello funciona en todas partes, bien sin parar, bien discontínuo. Ello respira, ello se calienta, ello come. Ello caga, ello besa. Qué error haber dicho el ello. En todas partes máquinas, y no metafóricamente: máquinas de máquinas, con sus acoplamientos, sus conexiones. Una máquina-órgano empalma con una máquina-fuente: una de ellas emite un flujo que la otra corta. El seno es una máquina que produce leche, y la boca, una máquina acoplada a aquella. La boca del anoréxico vacila entre una máquina de comer, una máquina anal, una máquina de hablar, una máquina de respirar (crisis de asma). De este modo, todos ; cada cual sus pequeñas máquinas. Una máquina-órgano para una máquina-energía, siempre flujos y cortes. [...] En todas partes, máquinas productoras o deseantes, las máquinas esquizofrénicas, toda la vida genérica: yo y no-yo, exterior e interior ya no quieren decir nada."
- El Anti-Edipo, de Gilles Deleuze y Felix Guattari.

Sacúdete un poco...Mira a la derecha...Mírate a los pies...Haz que crezcan, que crezcan hasta ocupar parte del suelo y así saber si no hay nadie. Haz que crezcan. Haz que vuelvan a su tamaño normal...Estás solo...
Camina, muévete, no temas, muévete, tardarás en deshacerte, la piel se regenerará al principio, al comienzo, los primeros minutos, las primeras horas, los primeros días. No temas el humo. El humo no te hará daño. Cuando lo aspires te estarás aspirando a ti mismo así que tu cuerpo te recuperará y te usará para regenerarse y así durarás más tiempo. Aspira cuanto puedas.
No temas a la punta. Si se acercan, tienes que mostrarles la punta. Afila, aprende a cortar. Sé como el telón en un escenario. Rápido, pero predecible. No lo hagas si no es necesario, tan sólo si se acercan o si aspiran el humo, pues si aspiran el humo entonces te habrán aspirado y ahora serán parte de ti y por tanto no sólo será lícito sino hasta obligatorio cerrarlos y luego devorarlos.
No permitas que la corrupción se extienda. Tú y sólo tú debes ser la suma de toda la enfermedad del mundo. Es tuyo. Propio. Te pertenece. Nadie puede quitártelo. Nadie debe quitártelo. La corrupción no se extiende, sino que elimina hasta que sólo queda ella.
Te es lícito también cerrar cuando tengas hambre. Pues si tienes hambre es que tu cuerpo ya no se va a regenerar más, y entonces debes acelerar su descomposición, y para acelerarla debes ponerlo en contacto con tantos cuerpos sanos como sea posible. En esta fase cualquier contacto sexual o afectivo es imposible, así que la única opción restante es la violenta. Además, la sexualidad o la amistad son sólo modos imperfectos de digestión.
No temas acechar. En caso de ser visto, te atacarán, y pondrán fin a tu descomposición. Esto no debe ser permitido. Para acelerar al máximo el proceso de descomposición, debes exponerte a riesgo única y exclusivamente para saciar tu hambre (Es decir, para acelerarlo), y siempre al mínimo riesgo posible.
Con el tiempo, empezarás a rezumar alquitrán, a exudar polvo de talco, a expirar gas mostaza, a escupir sangre menstrual. Esto es bueno: Significa que el proceso está llegando a su fin. En poco tiempo la descomposición se habrá terminado, y tu propósito se habrá acabado.
Antes de que se acabe, cuando de ti solo quede una masa viscosa de alquitrán sanguinolento, debes depredar a una última persona. Esta parte es difícil, pues habrás perdido casi toda facultad corporal; deberás tratar de atraparlo mediante trampas, gelatina, viscosidad, recovecos boscosos.
Una vez atrapado, debes introducirte en él. Aprovecha para ello cualquier orificio; el oral, el nasal, el auditivo, el anal. Ten paciencia; tardarás un rato, pero no debería haber resistencia, pues a estas alturas tu víctima ya debería estar muerta.
Una vez dentro, permítete un segundo de relajación antes de explotar.
Por supuesto, no debes explotar de forma literal. Dentro de tu víctima debes dejar todo aquello que te queda de compuesto; después, convertido en una masa desmasada, en un cuerpo sin cuerpo, en un odio sin objeto, en un rencor sin sujeto, en un mal sin esencia, en una corrupción sin corrupto. Debes dejar todo aquello que es, y ser todo lo que queda.
Sal del cuerpo. Expándete. Prueba. Gírate. Muévete. Obsérvate. Eres un total que no ocupa un todo. Un infinito con fronteras. Una muestra.
En un arranque de júbilo, en un estado de frenetismo y alegría que ningún ser puede experimentar, expándete.
Sé el odio universal. Sé la descomposición sin componer. Sé el mal sin palabra.
Sé feliz.

Emperador.

Ya has agotado todas tus posibilidades.
Si ahora te movieras, nada más se movería. Y si nada más se mueve, no te moverías. El movimiento inmóvil es delicioso, es trágico, es elevado, es metafísico, es dinámico, es cinético, es religioso, es ritual, es romántico, pero ahora lo que necesitas es utilidad. Y en el movimiento inmóvil no hay utilidad.
Pero sabías en qué te estabas metiendo. Lo que estás sufriendo no es más que el destino de todo emperador. Tu propia decadencia vuelta hacia ti. Tu propia soledad vuelta hacia ti. Tu propia muerte vuelta hacia ti. Has vivido durante años entre cúpulas, entre estatuas, entre sombras, entre luces, entre ahorcados, has vivido durante años como un resucitado, como un redivivo, como un mesías. Has vivido entre el calor y el protector solar, entre la fiebre y la hipotermia, entre el cielo y la tierra, entre lo elevado y lo profundo, entre la apariencia y la realidad; durante años, has sido decadencia. Puro espejo de decadencia vuelto hacia todo, incluido tú. Tu trabajo ha sido oxidar. Tu trabajo ha sido derrotar. Tu trabajo ha sido derribar. Tu trabajo ha sido derruir, destrozar, eliminar, acabar, deteriorar. Esta ha sido tu vida.
Y, finalmente, has caído en tus propias garras. Porque un buen emperador no puede quedarse sin destruirse a sí mismo, piensas. Porque un buen emperador debe oxidarlo todo y no dejar nada en pie, piensas. Porque un buen emperador no puede escapar de sus propias trampas, piensas.
Eres como Nerón. Eres como Calígula. Eres como Giles de Rais. Eres destrucción. Eres ácido. Eres apocalipsis. Eres el fin del Edén. Eres la destrucción de la tierra prometida. Eres un abismo. Eres la fiebre. Eres el calor.
Eres la iconoclastia. Eres la destrucción de ídolos. Eres el escepticismo. Eres el óxido. Eres el deterioro. Tu vida ha sido una trampa. Tu vida ha sido una eliminación. Tu vida ha sido una decadencia. Tu vida ha sido una fila de ahorcados. Tu vida ha sido una manada de buitres. Tu vida ha sido el óxido que se va posando en tus estatuas.
Tu vida ha sido el grito de triunfo de la muerte.
Y, sin nada nuevo que hacer, sin nada que destruir, sin nada que deteriorar, sin nada que oxidar, sin nada que eliminar, sin nada que atrapar, sin nada que arañar, sin nada que desgarrar, sin nada que ahorcar, recuerdas.
Recuerda.


Como todos los días de tu vida, es un día de verano.
Como todos los días de verano, el calor es absurdo. Ilógico. Exagerado. Insoportable.
Como todos los días de calor, tienes fiebre y quieres chillar de felicidad.
Como todos los días de fiebre, todo está en movimiento y todo huele a sudor y todo gira y todo avanza y todo retrocede y las calles huelen a vómito y los salones huelen a sudor y las camas huelen a semen y los baños huelen a enfermedad y las cloacas huelen a peste.

Estás sentado en tu trono, leyendo Normance. Hay algo en Céline que te da hambre. Hay algo en Céline que te da sed. Hay algo en Céline que te hace sudar. Hay algo en Céline que te hace desear comerte a tus guardias y que la indigestión dure meses.
Hay algo en Céline que te hace enamorarte del ahorcado.
Las cinco víctimas están desnudas. A veces levantas la mirada y las miras. Un niño, una niña, un hombre y dos mujeres. Todos desnudos. El hombre pateó y se llenó de su propia saliva. La niña chilló y escupió trozos de su lengua. La primera mujer intentó escapar y ya no tenía piernas. La segunda había estado rezando a gritos hasta que sus palabras se convirtieron en chillidos.
El niño había sido lo más delicioso. Oh, el niño. Se te humedecen los ojos de emoción. El niño. La mirada que te echó mientras mandabas ahorcarle. Su cara de confianza. Su cara de inocencia. Sus ojos grandes y saltones. Su aire de personaje de Disney. Su sonrisa cuando le acariciaste la barbilla. Tan asustado. Tan inocente. Tan incrédulo. Por eso te encantaba matar niños. De vez en cuando, llegaba alguno cuya expresión de inocencia lograba provocar que te sintieras muerto. Algo que te hacía escapar del calor y entrar al frío. Algo que te hacía escapar del vértigo y llegar a la caída. Una expresión

Callejuela. David Bowie.

"Ashes to ashes, funk to funky
We know Major Tom's a junkie
Strung out in heaven's high
Hitting an all-time low"

- Ashes to ashes, de David Bowie.


Caminas. ¿Caminas? Caminas.
Estás en, te rodea una callejuela del centro de la ciudad. Una calle pequeña, secundaria, sinuosa, de esas que, si tienen la suerte de aparecer, sólo aparecen en los mapas como una línea fina, ajena, sin ningún rótulo que indique su nombre. De hecho, la calle nisiquiera tiene carteles que indiquen su nombre.
Estás un tanto inquieto, pero no demasiado. Desde luego, no tanto como esperabas. La calle tiene algo que tranquiliza. Y horroriza, pero sobre todo tranquiliza. Claro que quizás el horror provenga justamente de esa tranquilidad. Si pensaras un poco más, quizás se te ocuyera algún absurdo aforismo, como que es la "suprema y beatificadora y vertiginosa tranquilidad de lo que no existe". Y entonces vomitarías un par de medias verdades recicladas sobre el suicidio y la perfección de la ruina. Tus tripas se vaciarían, y el éxtasis, y el ojo medio cerrado, y la mirada afilada, y esa imagen que tanto te obsesiona de ti mismo fumando (tú, que nunca has probado ni probarás un gramo de nicotina), y esa especie de vibración o electricidad o reanimación o vida que durarían varias horas o varios días o varias semanas hasta que finalmente volvieras a sentir la necesidad de vomitar y volvieras a triturar y retorcer y hacer tuyo y de tu (aún sucia por la última fiebre) boca saliera otra aforística pedante estúpida decapitada verdad, y así una y otra vez, una y otra vez, y lo necesitarías como el adicto necesita su jeringa, y lo odiarías como el adicto odia aquello que lo define. Porque odias las definiciones, porque odias las palabras, porque odias los pensamientos; y siempre has sido así, pero eres cobarde y eres débil y te abandonas y te dejas atrapar por ese placer y por esa electricidad y por esa náusea y por ese vaciado hasta que no queda nada o casi nada y finalmente, vacío o medio-vacío, ya listo para comenzar a llenarte de nuevo, al fin puedes sentirte muerto (O, más adecuadamente, vivo).
Pero no tienes interlocutor y nisiquiera tienes ganas de pensar. Últimamente nunca tienes ganas de pensar. Una lástima, un horror, una bendición, pensaríás si aún pensaras. En el fondo te alegrarías. Pero no piensas, así que no te alegras. Y no pensarás, así que no te alegrarás.
Te sientas en el escalón ante el portal ocho de la calle que no existe y esperas.

Corres por la ciudad. Vuelas, quizás. De ti no se ve más que una sombra, un reflejo, una forma en las nubes, una mano en un cuadro.
¿Quién eres? Si te lo preguntaran, no sabrías responder. Nisiquiera podrías. Y de todas formas nunca nadie lo preguntaría.
Eres el rabillo del ojo. Eres el escalofrío. Eres el ultrasonido. Eres aquello que no es pero que se extiende por todo lo que es. Eres pureza. Eres felicidad. Eres delirio. Eres como un rayo de luz blanca que atraviesa un cristal y explota en todas direcciones. Sólo que el cristal no existe. Y el rayo no existe.
Y tú, tú eres lo que menos existe.

Eres David Bowie.
No estás totalmente seguro de cómo has acabado aquí, pero en general nunca estás muy seguro de cómo acabas en ningún sitio.
La verdad es que tampoco estás muy seguro de quién eres. Y, ¿cómo conocer el espacio que nos rodea si no conocemos el espacio que ocupamos? No es la primera vez que pasa algo así; a estas alturas no es que te importe demasiado. Sí, las primeras veces te pilló por sorpresa, pero luego fuiste Ziggy y ya te dio todo igual. Simplemente asumes que hay algo en el espacio que no entiendes, aunque en ocasiones piensas que quizás sea el espacio no te entiende a ti. Quizás el problema sea que, al haber cambiado de identidad tantas veces, has dejado un poco confuso al mundo, y éste ya no tenga muy claro dónde ponerte. "Si Dios existe, que vaya de una vez al oculista", piensas. Y seguramente haya que darte la razón.
Sin nada mejor que hacer, caminas. Si te fijaras un poco más en lo que te rodea, te darías cuenta de que no existe. Te darías cuenta de que estás en una calle pequeña, sinuosa, retorcida, una reliquia del escenario urbano medieval. Y de que la calle no tiene nombre. Y de que no estás sólo entre lo que no es.

—Buenas noches.
—Oh...Oh. Oh. Buenas noches.
Bowie esbozó una contenida sonrisa. Su acompañante, al que decidió llamar Ozzy, esbozó una sonrisa tímida pero cristalina.
—No me he podido evitar fijar en usted. ¿Cómo ha hecho para materializarse? ¿Se ha teletransportado? Si se ha teletransportado, ¿significa eso que se ha disgregado y ahora está muerto?
—Bueno, bueno — La sonrisa de Bowie se ensanchó —, te diría que no estoy muerto, pero mentiría. Aunque no me siento muy muerto, la verdad, sólo un poco aniquilado. Ya son demasiadas veces, me estoy haciendo viejo o quizás lleve demasiado tiempo muerto, y el mundo está tan miope como siempre. Ya lo verás, en cuanto te pierdes de vista el mundo te pierde de vista y entonces todo se vuelve mucho más confuso. Pero también mucho más claro. O simplemente verdadero. La realidad es confusa, supongo. Pero cenizas a las cenizas. ¿Quién eres tú, mi querido Ozzy? ¿Cómo has acabado aquí?
Ozzy cerró los ojos (Algo que Bowie lamentó, pues hacía años que no veía a otro heterocromo), pareció pensárselo un poco, se rindió y simplemente dijo:
—No lo sé. Supongo que estoy aquí porque tú estás aquí, porque hasta ahora no me acordaba de que me llamaba Ozzy. ¿Me llamo Ozzy?
—Por supuesto que te llamas Ozzy, Ozzy. Y yo me llamo David. Y Ziggy, preo prefiero David. Lo que tú y el mundo prefiráis, de todas formas.
Bowie se sentó junto a Ozzy. Hacía frío. Si hubiera viento, seguramente los envolvería como una mortaja. Pero ésto no es Dinamarca, y no puede haber viento fuera de Dinamarca.

De hecho, no se puede decir que corras ni que vueles ni que camines ni que trotes ni que cabalgues ni que nades. Simplemente avanzas. De alguna forma, avanzas. Estas en un sitio, y ahora estás en otro. O estás en un sitio y ahora estás en otros dos. O estás en un sitio y ahora estás en todos los sitios que no son ese sitio. Sea como sea, avanzas. Te derramas. En realidad, nunca has encontrado ningún cristal; eres un haz de luz blanca que avanza en una dirección o en dos direcciones o en todas direcciones.
Pero no existes. Así que no puedes ser de ningún color. Por eso eres de color blanco. No existes, así que no puedes ser de un color que no sea el blanco.
Te derramas. Hace frío.

Bowie y Ozzy se sientan y hablan. Hablan de muchas cosas. Hablan de los viejos y los nuevos tiempos (aunque ninguno tiene muy claro qué significan esas palabras). Hablan de su infancia. Hablan de sus vidas. Hablan de sus amores. Hablan de política. Hablan de filosofía. Hablan de literatura. Hablan de cine. Hablan de moda. Hablan de móviles. Hablan de bolsas. Hablan de música. Hablan de psicología. Hablan de estética. Hablan de hablar. Hablan y hablan y hablan y hablan hasta que ellos mismos se convierten en lo que sale de sus bocas. Hablan y hablan y hablan tanto que no se pueden distinguir de sus palabras y sus palabras no se pueden distinguir de las del otro y se mezclan y las palabras de Bowie suenan con la voz de Ozzy y las palabras de Ozzy suenan con la voz de Bowie. Hablan y las palabras sienten el frío y se encogen y se acurrucan y suenan extrañas, escondidas, reducidas, como si formaran una cúpula cada vez más y más y más y más pequeña en torno a los dos (al único) hablantes (hablante).
Las palabras se van tornando indecisas. Hace demasiado frío. La cúpula es demasiado pequeña.

¿Cómo definirte? Quizás la forma más adecuada fuera utilizando una de esas palabras que sirven para todo y que de hecho se usan para todo, "fuerza".
Pero eres una fuerza atípica. Porque eres una fuerza que no existe. Eres, de hecho, una fuerza que extrae su carácter de fuerza del hecho de no existir. Eres una ausencia. Eres una ausencia que se hace presencia. Eres algo que está ahí precisamente por no estar ahí. Eres algo que sólo puede suceder si no estás. Si no eres. Eres una ausencia, una ausencia móvil que se muestra en todas las presencias. Una ausencia presente. Una falta que existe no como tal, sino como falta. Un no-estar que está. Un no que se hace sí en cuanto que es no. Un cero que se hace uno por el mismo hecho de ser cero.
Hace frío. Avanzas. Quizás lo ocupes ya todo. Quizás no ocupes ya nada. Quizás nunca hayas ocupado nada.

Bowie fue el primero en captarla. Uno no trabaja en la música tantos años sin desarrollar un instinto especial para esas cosas.
En ese momento, las palabras ya no salían. Hacía demasiado frío, y la cúpula era tan pequeña que ya apenas se veía la calle. Bowie volvía ser Bowie y Ozzy volvía ser Ozzy, aunque quedaba la sensación de que algunas cosas habían quedado mezcladas.
Por supuesto, Bowie no se movió. Bowie no confiaba en el espacio. Podía correr durante varias horas y sin embargo seguir exactamente en el mismo sitio. O dar un paso y encontrase de repente a cientos de miles de kilómetros de distancia, en las selvas de Sumatra o sobre la muralla china o en un satélite girando en torno a la Tierra. Bowie se había dado cuenta de que cuando algo importaba lo mejor era no moverse, y el espacio haría lo que le diera la gana.
Ozzy no se dio cuenta. Si de algo se había dado cuenta Bowie es de que su compañero estaba vacío. Sí, al contrario que todo lo que lo rodeaba, existía; pero era un conjunto vacío, un todo sin absolutamente ningún componente, un todo cuya característica esencial era precisamente no tener ningún componente. Posiblemente su único componente fuera el nombre que Bowie le había dado, Ozzy. Y los resultados de la especie de fusión producida durante la conversación.
Bowie sonrió. Hacía frío, pero le daba igual.

domingo, 9 de junio de 2013

roberto

"Outside it is blue and green
And everything once blurred is clear
I am part of the peripheral scene
That shines like cathedral glass"

- Echolyn, Mei

"The only girl I've ever loved
Was born with roses in her eyes
But then they buried her alive
One evening 1945
With just her sister at her side
And only weeks before the guns
All came and rained on everyone
Now she's a little boy in Spain
Playing pianos filled with flames
On empty rings around the sun
All sing to say my dream has come
But now we must pack up every piece
Of the life we used to love
Just to keep ourselves
At least enough to carry on

And now we ride the circus wheel
With your dark brother wrapped in white
Says it was good to be alive
But now he rides a comet's flame
And won't be coming back again
The Earth looks better from a star
That's right above from where you are

He didn't mean to make you cry
With sparks that ring and bullets fly
On empty rings around your heart
The world just screams and falls apart "

Indentions in the sheets. Where their bodies once moved but don't move anymore.

- Neutral Milk Hotel, Holland 1945

Es la sensación extraña, un poco demente, de amar un espacio vacío. No tanto un amor incausado como un amor hacia un espacio claro, delimitado, pero totalmente vacío. No hay nada en ese espacio, pero se ama el espacio. Toda la sensación de amor está presente the Earth looks better from a star that's right above from where you are pero sin estar dirigida, o estando dirigida a un lugar en el que no hay nada, algo así como una circunferencia sin centro o un círculo en el que todo es centro y nada es periferia.

Más o menos así intentaba explicarse sus sentimientos Roberto, con ocasionales interferencias de su canción favorita de su grupo favorito.

Roberto nunca había sido muy aplicado en los artes de Eros. Eros había estado, pero de lado. Eros había sido como una presencia incómoda, como un invitado al que el anfitrión evita saludar hasta el último momento. Roberto lo había saludado, incómodo, con la sonrisa tensa, le había dado dos besos y había intentado no volver a mirarlo, sus dedos tensos alrededor de su copa.

Así había acabado, suspiró (No era un suspiro sincero, realmente. Nunca le había importado mucho lo que pasó. De hecho, siempre le había dado bastante igual. Desde que empezaron tenía claro que iba a acabar así. Indentions in their sheets, where their once bodies moved but don't move anymore. Había llegado, y se había ido, más o menos como predijo. Todo dentro de las formas. Ella había llorado, y ahora le odiaba, pero era un odio normal, nostálgico, casi relajante. Sí, a Roberto le relajaba saber que ella le odiaba. Era una situación cómoda y normal. No había que dar explicaciones. Ella estaba "en su contra", con lo que todo se volvía mucho más blandurriento y cómodo. Le había tirado el champán a la cara a su (¿presuntuoso? ¿tenía sentido usar ese adjetivo?) invitado). Toda la historia fue absurda e incómoda mientras duró, pero muy tranquila al acabar. Bueno, no había acabado del todo, "su ex-mujer está loca", pero había acabado, de una forma u otra. Y ahora Roberto miraba con algo más de complacencia a Eros. Aunque su mirada seguía siendo extraña. Roberto siempre había sido extraño, o se había convencido tanto de que era extraño que había acabado creyéndoselo hasta el punto de serlo. (A veces, sólo a veces, Roberto sentía un frío de origen desconocido, un pequeño escalofrío que le hacía volverse y mirar a su espalda con las pupilas dilatadas, con la frente perlada de sudor, con la lengua atrapada entre sus dientes. A veces, sólo a veces, Roberto se veía a sí mismo, sonriéndose, a su espalda. Entonces no podía evitar gritar, y se veía obligado a controlarse y comenzar el ritual.
El ritual consistía en mirar al suelo quince veces seguidas con los ojos fijos ambos exactamente en el mismo punto parpadeando con ambos a exactamente el mismo tiempo mientras su mano derecha tocaba a la izquierda y la izquierda tocaba a la derecha con un movimiento suave y deslizante y necesariamente simétrico y si tenía éxito Roberto se iba y si no tenía éxito tenía que agacharse y echarse a dormir)
Quizás la música que me acompaña sólo me permita ser de una forma, pensó, distraído. Quizás la música, la literatura y el cine sólo me permitan ser de una forma. Quizás por eso sea imposible eros. No se llevaba bien con él. Excepto ahora. Ahora se llevaba bien con él. Pero ahora era un momento. Luego no se llevaría bien con él. Lo sabía. Ahora que eros estaba en forma de concepto Roberto amaba a eros. Roberto amaba el espacio vacío que era Eros y el tú. Roberto amaba el tú. Roberto estaba perdidamente enamorado del tú. The only girl I ever loved/was born with roses in her eyes/but then they buried her alive. El tú, las pupilas. Las pupilas dilatadas. El tú, las pupilas. El ramillete. El tú, las pupilas, el ramillete. El tú, las pupilas. Roberto estaba enamorado, y estaba satisfecho, y Roberto se levantó y dio dos vueltas sobre sí mismo y se mareó y se sentó en la cama con una sonrisita de idiota ante todas las rosas que se le ofrecían cómo me voy a reír cuando vean que no hago más que devorarlas que sus ramilletes entran por mi esófago que sus espinas arañan mi estómago roberto, roberto el enamorado, roberto agrandado, roberto preñado de eros, roberto explosivo, roberto extasiado, roberto mirando el techo y sudando, roberto cansado, roberto somnoliento, delirante, acalorado, roberto y su sonrisa de inmensa y estúpida felicidad mirando las pupilas dilatadas las pupilas dilatadas cubiertas de rosas roberto la estrella fija roberto alzándose roberto la estatua de david roberto feliz, feliz, feliz, roberto tocando todas las teclas de la felicidad y roberto riéndose y amando las pupilas el tú las pupilas las pupilas dilatadas con sangre de yogur griego con leche de oveja anciana con espinas de cuervo dionisíaco roberto besándose porque se siente incapaz de besarlo todo roberto besando el aire que pasa entre sus dientes al silbar roberto riéndose de las hojas que los árboles dejan caer al son del viento las pupilas dilatadas el vientre hinchado los ramilletes de flores el tú perdido y escarpado roberto el amante perfecto roberto hijo y padre de las estrellas roberto creador del cosmos roberto y los gritos de un millón de hombres y mujeres demasiado amados como para poder soportar las pupilas dilatadas y la inmensa y estúpida felicidad
i'd rather see their faces filled with flies than put roses in their eyes ¿das, o recibes? el humo de los locales imposibles de los dueños imaginados por el delirio de un confuso adolescente enfebrecido el humo inhalado el humo que entra y desborda te odio, pero también te amo, sabes, quiero darte y recibirte el púrpura de un sillón creado en las últimas fiebres del marqués de sade las pupilas dilatadas de un bataille imposible y ninfómano las pupilas dilatadas de un burroughs amante y cariñoso un gigantesco homenaje a guillermo tell las pupilas dilatadas de una gigantesca flor de loto las pupilas dilatadas de los ojos de un yonkie imposible y ninfómano las pupilas dilatadas de roberto al entrar en los locales imposibles en los sillones imposibles las pupilas dilatadas por el dulce aroma de lo suave de lo ligero del satín roberto riéndose roberto roberto roberto imparable roberto arrastrado roberto perdido y chillando roberto gritando de dolor roberto masajeado por una horda de víboras tailandesas roberto hundido ahogado perdido desaparecido en la cremosa sustancia del yogur griego amante amado ganador perdido the world just screams and falls apart