lunes, 13 de octubre de 2014

Océano de sábanas almidonadas

Y ansiolíticos con lluvia, y derroche de mieles costeras, y el blob blob blob de un hombre gordo y enfermo observando el mar desde debajo del mar; el libro como peso y puerta, tirita, retrato, en bolsillos groseros y golpeteantes, vampirizando mi fin de semana. ¿Dónde, si no exactamente aquí? Uno no desearía ni no desearía, sino que allá iría, glub glub glub, agua de lluvia y ansiolísticos, tardes de gominolas y paleolíticos, y lo que no va ni es capaz, lento desmoronamiento de lo que nunca fue erigido, lavalentitud por la curva geológica, vacilando, vacilando, vacilando la curva geológica sobre el central libro inmóvil, vacilando, y movimiento lento y pendular, activando, el chip de goma, raquíticas florecillas florezcando a su favor, que si viene que si va, curva geológica jamás devenida en uróboros, curva geológica de barro no formado y cemento blando como materia cerebral, como yogur de piña, como vampiro sin ojas, tristeza tranquila de la muerte de lo posible, ira curvada de la imposibilidad de lo real, parálisis total del exceso de negativa, parálisis de pompa de jabón, irises elásticos en la curvatura de lo real, irises estáticos en una curvatura coral, querubín fértil, querubín valiente, querubín sonriente, querubín de embarrada curva geológica, de lluvia y de anseolíticos, de brillos furtivos sobre verde, de saltos de géiseres aceitosos, y finalmente la decisión, o el deseo, de devenir ciego y reducirlo todo al oído y a la sonrisa del ansiolítico acolchado, del océano de sábanas almidonadas, y algo más, algo más.